Los sindicatos del transporte público de Argentina confirmaron este domingo que desarrollarán una huelga durante la mañana de este lunes como medida de fuerza para presionar al Gobierno, que negocia con la oposición y los principales gremios una nueva ley para gravar el salario. EFE
El jefe de la Unión de Tranviarios Automotor (UTA), Roberto Fernández, aseguró en declaraciones a la cadena local Radio del Plata que mañana no circularán autobuses en el país entre las 5.00 horas y las 7.00, una protesta que se une a la convocada por los trabajadores del tren y del metro.
“Hoy el 90 % de los trabajadores de la UTA paga ganancias”, dijo Fernández en referencia al impuesto que grava el salario en Argentina y cuya modificación se negocia estas semanas entre el Gobierno de Mauricio Macri, que prometió suprimir este gravamen en campaña electoral, la oposición y los sindicatos.
La intención del Ejecutivo es cambiar el impuesto tal y como está ahora para que afecte a menos trabajadores, pero la oposición planteó este mes una reforma alternativa en una jugada política estratégica que obligó a Macri a reaccionar y convocar a los gobernadores de las provincias para una negociación más amplia.
Aunque el Gobierno venía trabajando en un proyecto de reforma desde hacía meses que planeaba lanzar al Congreso para su aprobación, a comienzos de mes, diputados de los bloques opositores Frente Renovador y Frente para la Victoria (FpV) presentaron una propuesta alternativa que obtuvo luz verde en esa cámara.
Sin embargo, el Gobierno negoció con los gobernadores de las provincias, con poder decisivo en el Senado, para posponer el debate del proyecto opositor en la cámara Alta y evitar así su aprobación definitiva.
Mientras tanto, el Ejecutivo de Macri negocia a contrarreloj con la Confederación del Trabajo de Argentina (CGT), principal agrupación sindical del país, con los gobernadores y con varios bloques de la oposición para poder sacar su propuesta adelante.
En este contexto, los sindicatos del transporte decidieron movilizar a sus trabajadores para presionar a Macri con el fin de negociar una reforma más jugosa para su sector.
La protesta volvería a generar un caos en las principales ciudades del país, como en Buenos Aires, donde la última semana los cortes de calles y las movilizaciones complicaron el tráfico en casi todo el centro de la ciudad.