“Querido Niño Jesús: Deseo que se acaben las colas, que los anaqueles del súper siempre estén llenos, con productos de calidad y baratos, que a mi papá le paguen un buen sueldo, que el gobierno reconstruya la cancha donde juego con mis amiguitos, que hagan muchos puentes a Margarita porque los ferris son un desastre, que no tenga motivos para tener miedo cuando salgo a la calle con mi celular inteligente y que metan en las cárceles a los malandros, pranes y delincuentes. Firmado, Jaimito”.
Con la frase manida y un listado de milagros, donde no se pidieron juguetes caros, comenzó el arquetípico muchachejo su carta anual que por esta oportunidad estuvo influenciada en dos hechos: Uno, que en el colegio privado donde el chico estudia el séptimo de lo que sería bachillerato, los maestros obligaron a que cada niño escribiera una carta pública, dirigida al Niño Jesús, y dos, que Jaimito, a tan tierna edad ya aprendió que hay mejores maneras de progresar en esta, nuestra Venezuela, distintas a estudiar o trabajar fuerte… y el chamo se inscribió en la mud porque aspira ganar el centro de estudiantes para comenzar una carrera política.
Por asuntos arcanos, metafísicos e indescifrables, para uno que no es más que un ser humano, el propio Niño Dios le contestó a Jaimito.
Respuesta: “Querido Jaimito, hace más de 2000 años no hago milagros personalmente y cuando lo hacía, la gente que imploraba mi acción no tenía los motivos políticos que destila tu cartica, donde es obvio que pides a nombre del colectivo y no a título individual.
Alguna vez expliqué que el capital que mi Padre le entrega a sus siervos tiene la finalidad de producir y que lo enterrado bajo la tierra no es riqueza aunque sea petróleo.
Recomiendo que al respecto consultes, Jaimito, la Parábola de los Talentos, y si en tu Iglesia no te la han explicado siempre puedes hurgar en Wikipedia.
Lo que pides, Jaimito, cabe en las posibilidades divinas, pero se trata de que los hombres fueron dotados con libre albedrío y tienen libertad.
Por tanto los humanos, incluyendo a tus compatriotas, Jaimito, deben responsabilizarse de sus actos al punto que incluso la Gracia tiene que ganarse, no es un don como algunos creen.
La razón para no conceder lo que me pides, Jaimito, es que Dios no trabaja en vano: Si Yo le concediera a los venezolanos el milagro que pides, en pocos años tus hijos o nietos volverían a escribir cartas exigiendo lo mismo.
Probablemente sepas que con el petróleo galopando a más de 100 dólares el barril, los gobernantes de Venezuela, todos, de todos los colores, y a todos los niveles, desde el concejo comunal hasta Miraflores prometieron regalar lo que tu pides, y más.
Para conseguir lo que en tu carta requieres, Jaimito, haciéndolo por ustedes los venezolanos mismos, y sin milagros de por medio, hoy, cuando el crudo anda por los 45 dólares el barril, hay que proponerse antes algunas cosas que hoy te recuerdo ya que no me has pedido consejo:
– Practicar la solidaridad y la generosidad pública, apoyados en el bolsillo de cada quien y sin que para ello los gobiernos o los delincuentes, ya que mencionas a los pranes, le metan mano al dinero de los demás para regalar y repartir entre la clientela el producto del saqueo.
– Ayudar a los pobres y débiles a ayudarse a sí mismos en vez de exigirle a los políticos que lo hagan a cuenta de los otros ciudadanos.
– Pedirle al gobierno que se ocupe de lo suyo, o que al menos haga una lista de prioridades y no salte a la siguiente, si no ha terminado con la anterior. Como puede ser que no entiendas este punto, te aclaro: Denle los venezolanos a Dios lo que es de Dios y al César lo que le corresponde como mandatario.
Podría seguir contestando tus inquietudes hasta el infinito, darte una larga lista detallada con los cambios que de buena voluntad se deben dar, tanto en Miraflores como en la Asamblea y la Mud, para comenzar a lograr lo que de buena fe me pides, pero tu finita condición de humano, Jaimito, impide que puedas escuchar esta respuesta por la Eternidad, es mucho tiempo, hasta para una joven promesa… no obstante te dejo esta última apreciación que vale para ti, Jaimito, para tus padres y hermanos, para el centro de estudiantes al que sé que aspiras, para los políticos de todos los bandos, para la gente en general, incluyendo los curas y obispos de mi Iglesia, los profesores universitarios y los del kínder también, los periodistas y locutores, las amas de casa y en general a toda la ciudadanía venezolana que con tu cartica bien representas:
¡Dejen de pretender los venezolanos que pueden repartir y regalar lo que no han producido y comiencen a producir lo que realmente requieren!
Ahhhhhh, y el próximo año más bien pide una bicicleta china…recibe con tu familia una Feliz Navidad. El Niño Jesús”.
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