Cuando usted pida un Uber en el sur de la Florida, preste atención, pues podría ser llevado a su destino por personas de mucho talento y preparación.
León Hernández / El Nuevo Herald
Una podría ser la venezolana Daniela Larreal, que llegó a representar a su país en cinco Juegos Olímpicos y que, de hecho, tal vez hubiera podido llevar el tricolor de su patria en un sexto certamen atlético, de no ser por la intolerancia del régimen de Nicolás Maduro a las denuncias de corrupción.
Hoy, Larreal está forzada a vivir lejos de la tierra que la considera una de sus heroínas del deporte. Su pecado fue haber denunciado corruptelas en los organismos y dependencias deportivas adscritas al Gobierno de Maduro, por lo que fue hostigada por la Federación de Ciclismo y el Ministerio del Deporte de Venezuela.
“El Ministerio del Deporte fue caja chica para este grupo político”, declaró a el Nuevo Herald. Larreal señaló en repetidas ocasiones que los recursos que recibían y distribuían las autoridades deportivas nunca llegaron al atleta completamente.
La célebre pedalista con palmarés relevante en Barcelona 1992, Atlanta 1996, Síndey 2000, Atenas 2004 y Londres 2012, incluso se preparaba para ir a Río 2016, pero el régimen se opuso. La hija de Daniel Larreal, uno de los mejores ciclistas en la historia de Venezuela, padece en tiempo reciente el precio de denunciar corrupción en Venezuela, especialmente señalando al hoy jefe de la fracción del partido de Gobierno en la Asamblea Nacional, Héctor Rodríguez.
Divisas para atletas que no existen
En 2012, Larreal denunció irregularidades en el patrocinio del Estado venezolano en materia de ciclismo y automovilismo, bajo la mirada cómplice de Rodríguez. “Sacaban las divisas de nuestro país financiando algo que no existía”, dijo alegando que en un oportunidad se habían preparado remesas de divisas para un automovilista ficticio.
Larreal llevó su denuncia hasta representantes de alto rango del gobierno como el parlamentario Elías Jaua, quien fue ex vicepresidente durante el gobierno de Hugo Chávez.
“Cuando se empieza a destapar la olla empezaron a tomar represalias hacia mi persona y por eso, constantemente, desde 2012 hasta ahora, siempre me trancaron los recursos para la preparación, me saboteaban,” dijo Larreal.
“No me ponían los boletos a tiempo. Tanto es así que la Federación no me inscribió en los eventos clasificatorios a Río y es cuando yo fui al frente, comencé a denunciar y comenzaron las amenazas y llegó un momento que yo tuve que tomar una decisión. Dije: No puedo regresar (a Venezuela)”, indicó Larreal, quien hoy comparte renta con otros venezolanos en Pembroke Pines, en el Condado Broward, al norte de Miami.
“Luego de mi última presentación la Federación, conjuntamente con Alejandro Terán, actualmente viceministro de Alto Rendimiento Deportivo, me quisieron llevar forzadamente a Venezuela… y cuando digo llevar forzada es que me querían quitar el pasaporte”, dijo.