Pensar que por cerrar el año 2016 sin haber alcanzado la máxima aspiración de sacar a Maduro éste se nos hará eterno, imposible de echarlo del poder, que todo está “perdido”, es una premisa errada para tratar de aproximarnos a cuál será el destino de la nación en el 2017.
En primer lugar, porque Henry Ramos no dijo exactamente lo que todo el mundo pensó que dijo porque simplemente era lo que casi todos querían oír, una errada percepción de lo dicho aquel 5 de enero que ni él mismo se preocupó en aclarar mientras eso le beneficiara en popularidad al punto de solo intentarlo cuando se cumplieron los fulanos seis meses. En suma, Henry Ramos solo prometió que en seis meses estaría definida la vía para salir de Maduro. Nada más.
Eso sí, un plazo estúpidamente extenso que pudo estar listo desde enero y que se resolvió en abril en forma de referéndum revocatorio, propuesta que el régimen apuñaló el 20 de octubre con unos jueces penales regionales dirigidos por Cabello, El Aissami y Ameliach y que, como ha piado tardíamente Capriles, “no supimos defender como es debido”. El mandato de cambio político dado por los ciudadanos el #6D sigue pendiente, entre torpezas y aciertos se hicieron las gestiones que todavía se pueden enderezar a partir de enero y resucitar la propuesta del revocatorio para el 2017.
En segundo lugar, si bien el G-4 se trocó inexplicablemente en G en 4 y acudió al diálogo con los pantalones por los tobillos: fracturado, sin transparencia, sin objetivo precisó ni metodología clara de acción, suspendiendo la movilización de calle y lo peor: con unos tipos impresentables y amigos del gobierno en calidad de negociadores internacionales, hay que agradecer que gracias a esa “indecorosa” sentada a dialogar salió mucha gente de la cárcel. No está negado volver al escenario del diálogo en términos decorosos corrigiendo los errores.
Finalmente, si se retoma la movilización política luchando por los problemas de la gente enmarcada dentro de una estrategia de “Asedio Democrático” para recuperar el sufragio como gran telón de fondo de una mesa de negociaciones para acordar un calendario electoral podríamos restablecer el camino para el cambio democrático ordenado por la sociedad democrática en #6D.
PD: Aquí nadie se rinde, lucháremos con la convicción absoluta de que al final de esta travesía terrible nos espera un futuro de paz, bienestar y progreso en democracia.
Otrosí: Quienes tienen que ir pensando en su rendición son Maduro y los miembros de la pandilla que nos desgobierna. El 2017 será el año del Asedio Democrático a la dictadura.