En el marco de los 421 años de Ciudad Bolívar, nombre que le fue otorgado en homenaje a nuestro Libertador, sus pobladores no pudieron celebrarlo, pues la desesperación de la gente -así como el vandalismo- se encargaron de saquear y desvalijar cuanto comercio se encontraban en el camino; situación que se ha venido repitiendo en varios estados venezolanos, ante la irresponsabilidad e indolencia gubernamental.
Por Omar Ávila / @omaravila2010
A este régimen no le fue suficiente haber destruido el aparato productivo nacional y haber pulverizado nuestra moneda, sino que en medio de estas medidas improvisadas, logró acabar con esta importante ciudad.
Pese a toda clase de arbitrariedad y atropello contra los venezolanos, el régimen recalca que el país se encuentra en total “normalidad”. Lamentablemente dentro de la lógica “revolucionaria y socialista” tienen razón, ya que lo normal para este gobierno que insiste en un modelo fracasado de controles a la economía, es tener a cientos de comercios destruidos, por ende pérdida de empleo y una economía acabada.
Ante una situación tan grave como lo ocurrido en días pasados en el citado estado al sur del país, donde ocho de cada diez expendios de alimentos y víveres fueron saqueados, además de robos, asaltos, heridos y hasta muertos, sumado a un enfrentamiento entre bandas y policías, donde los antisociales se metieron en viviendas particulares, es lo “normal” para Maduro y su gente; de no ser así, hace tiempo hubiesen tomado las riendas para acabar con las mafias, resolver el problema de escasez y la historia hubiese sido otra.
Una vez más el gobierno tomó medidas improvisadas, en la que todos sabríamos lo que iba a pasar menos ellos, y aun cuando ya estas fueron revertidas temporalmente, ya el daño está hecho.
Lo triste de todos estos acontecimientos es que nadie responde por todos los daños, donde al final, los más perjudicados son los bolivarenses, ya que su situación es cada día más grave al no tener donde conseguir insumos básicos.
Indudablemente nos encontramos frente a un gobierno y un Presidente irresponsable que seguirá con el mismo guión de culpar al imperio, a la oposición, al hermano país de Colombia, a banqueros, las mafias, y a todo aquel que se le ocurra, con tal de sacudirse la responsabilidad que le corresponde. A eso se le llama abandono del cargo.
En la coherencia socialista, revolucionaria del régimen madurista–cabellista pudimos escuchar cuando sacaron el “marroncito” de circulación, alegando que era un golpe contra las mafias; dicha medida, con el recule y al revivir el devaluado billete de 100 bolívares, resulta que estos vuelven a decir que Maduro le da otro golpe a las “mafias” con la prórroga del uso del billete hasta el 2 de enero.
Aunque a veces cuesta dilucidar las razones que tuvo el régimen para hacer esto, lo único que logró –por ahora- fue bajar el dólar paralelo, lo que califican como una gran victoria, pero lo hizo masacrando el bolsillo de los venezolanos, además de reconocer la existencia del mercado paralelo y a su vez validar a Dólar Today como el marcador de la tasa del día. Igualmente, esto es una alegría de tísico, pues ya veremos el primer trimestre del año entrante a cuánto se dispara la moneda extranjera ante nuestro depreciado bolívar.
Entre expropiaciones, confiscaciones, rebajas forzadas y controles, la economía venezolana está condenada a seguir experimentando recesión, hiperinflación, escasez, desabastecimiento y desempleo. Justo el retroceso que el “socialismo” quiere para los venezolanos.
Dip. Omar Ávila
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