El autor del atentado terrorista contra el club Reina de Estambul, que sigue a la fuga tras asesinar al menos a 39 personas y herir a otras 69 el primero de enero, se cambió de ropa en la cocina del local antes de huir, según la reconstrucción parcial de lo acontecido.
Varios medios turcos informan hoy de los primeros detalles de la investigación en curso sobre el ataque, reivindicado por el grupo terrorista Estado Islámico (EI) y perpetrado por un desconocido contra centenares de personas que festejaban la llegada del Año Nuevo en el citado local.
Según el diario Habertürk, la policía, que ha analizado varias imágenes filmadas de fuera y dentro del club, investiga la posibilidad de que el atacante sea un hombre de unos 25 años de la región autónoma de Sinkiang, en el noroeste de China, poblada mayoritariamente por uigures de religión musulmana y con una lengua similar al turco.
Anteriormente los medios turcos habían informado que podría provenir de Uzbekistán o Kirguizistán.
Según los investigadores, se subió a un taxi en el distrito de Zeytinburnu de Estambul para dirigirse al de Ortaköy, donde se encuentra la discoteca; se bajó a cierta distancia de la misma -aparentemente debido al denso tráfico- y continuó a pie el resto el trayecto, para lo que necesitó cuatro minutos.
A la 01.20 hora local (22.20 GMT) del primero de enero fue filmado por una cámara exterior mientras va caminando y disparando hacia la puerta del club: se ve cómo una persona cae al suelo y cómo luego dispara contra los guardias, que no llevaban armas.
En otra grabación tres minutos más tarde, a la 01.23 hora local, aparece el interior del club sin que “nadie se pueda ver de pie”, revela el diario.
El periódico Hürriyet detalla que el atacante iba “vestido con una camiseta verde, pantalones oscuros y botas negras, disparando con un arma de cañón largo a la parte superior de los cuerpos” de las personas.
Mientras que no está aún claro cuántos minutos permaneció dentro del Reina antes de huir, sí se pudo reconstruir que tras entrar en el local subió al primer piso y comenzó allí a disparar contra la gente.
Luego bajó a la planta baja donde varios testimonios aseguraron que mató con disparos a la cabeza a varias personas que estaban tiradas en el piso.
“Según especialistas que analizaron las imágenes, el militante del EI parece entrenado profesionalmente en cuanto a la forma de usar el arma”, señala el rotativo.
En total, cambió seis veces de cartucho y descargó 180 balas, de acuerdo con las investigaciones.
Finalmente, fue a la cocina del club donde permaneció unos trece minutos, se cambió de ropa, dejó abandonado su abrigo y escapó en medio del caos y pánico que desató.
Antes de irse habría además limpiado su arma, que según las autoridades turcas también abandonó en la discoteca.
Tras salir del local subió a otro taxi del que se bajó poco después diciendo (al taxista) que no tenía dinero para pagarlo.
Los agentes encontraron 500 liras turcas en un bolsillo de su abrigo abandonado.
La televisión CNNTürk asegura que la policía ha identificado “la apariencia, el rostro y la nacionalidad” del autor del atentado terrorista, aunque no ha revelado los detalles. EFE