Barack Obama lagrimeó al rendir tributo a sus hijas y esposa Michelle, su “mejor amiga”, en el cierre de su emotivo discurso de despedida de la presidencia de Estados Unidos en su ciudad adoptiva de Chicago.
“Michelle LaVaughn Robinson, hija del lado sur, durante los últimos 25 años no solo has sido mi esposa y madre de mis hijas, has sido mi mejor amiga”, dijo Obama a la primera dama, que estaba sentada frente a él vestida de negro.
“Asumiste un papel que no pediste y lo hiciste propio con gracia y coraje y estilo y buen humor”, le dijo, mientras sacaba un pañuelo para secarse las lágrimas, arrancando una fuerte ovación de los 18.000 asistentes.
“Una nueva generación eleva sus miras porque te tiene como modelo a seguir. Me has llenado de orgullo. Has llenado de orgullo al país”.
Fue en Chicago donde se conocieron los Obama, donde nacieron sus hijas Malia y Sasha, y como dijo el presidente en Facebook antes del discurso, “para Michelle y para mí, Chicago es donde todo empezó”.
Mientras Malia, de 18 años estaba presente para escuchar la despedida de su padre, su hermana Sasha de 15 años no, siendo la más notable de las ausencias y que produjo una avalancha de comentarios bien intencionados en las redes sociales y el hashtag #SashaObama.
Un funcionario de la Casa Blanca dijo que Sasha se quedó en Washington para preparar un examen que debe rendir en la mañana del miércoles.
Obama se dirigió no obstante a sus dos hijas al elogiar las “dos increíbles jóvenes mujeres” en que se han convertido durante los ocho años que la familia ocupó la Casa Blanca.
“De todo lo que he hecho en mi vida, lo que más me enorgullece es ser vuestro padre”, dijo, mientras Malia -vestida de blanco y negro- derramó un par de lágrimas mientras era abrazada por su madre.
“Son inteligentes, y hermosas, pero más importante que eso, son buenas y consideradas, y están llenas de pasión”, les dijo. “Y llevaron tan fácilmente la carga de estar años en el candelero”
Finalmente, el mandatario saliente, de 55 años, se dirigió a su vicepresidente Joe Biden, a quien, junto con su esposa Jill, describió como su segunda familia, arrancando una nueva ovación.
“Fuiste la primera decisión que tomé tras ser nominado, y fue la mejor”, lanzó. “No solo porque has sido un gran vicepresidente, sino porque gané un hermano”.
Tras el discurso, el presidente, su esposa y su hija se fundieron en un abrazo en el escenario. AFP