Francia reúne el domingo a representantes de decenas de países para intentar reanudar el moribundo proceso de paz entre israelíes y palestinos. Estas son algunas claves para entender uno de los conflictos más intrincados del planeta.
AFP / Joseph Dyke
Inicio del conflicto
El conflicto remonta, en su forma moderna, a 1947 cuando Naciones Unidas propuso la creación de dos Estados, uno judío y otro árabe, en el territorio palestino, lo que provocó un estallido de violencia entre árabes y judíos, y después la primera guerra entre Estados árabes e israelíes, tras la proclamación del Estado de Israel en 1948.
En 1967, en la guerra de los Seis Días, Israel tomó por las armas Cisjordania y Jerusalén Este, en aquella época bajo control jordano, así como la Franja de Gaza, bajo administración egipcia.
Desde entonces, Israel anexionó Jerusalén Este, donde se encuentran algunos de los lugares más sagrados para cristianos, judíos y musulmanes.
En 1973, en la guerra de Kippur, Israel se enfrentó de nuevo a una coalición de países árabes, encabezada por Egipto y Siria.
Israel siguió ocupando Cisjordania pero evacuó de forma unilateral en 2005 la Franja de Gaza, cuyo movimiento islamista palestino Hamas tomó el control por la fuerza en 2007.
El conflicto ha dado paso a múltiples intentos de lograr la paz. La solución de referencia de la comunidad internacional es la creación de un Estado palestino que cohabite en paz con Israel.
La salida del conflicto tropieza con obstáculos que parecen cada vez más insalvables: la seguridad de Israel, la delimitación de las fronteras, el estatuto de Jerusalén o el derecho al regreso de los refugiados palestinos que huyeron o fueron obligados a abandonar sus tierras.
Gran parte de la comunidad internacional teme que la solución de los dos Estados no sea más que un recuerdo de otra época. La conferencia de París busca reavivar este proceso.
Discusiones sin salida
Los palestinos afirman que las negociaciones bilaterales que se han llevado a cabo durante años con Israel no han servido para nada. Por ello, han decidido darle una dimensión internacional a su causa.
El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, exige para retomar las conversaciones con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, el fin de la colonización de los territorios palestinos, entre otras condiciones.
Netanyahu rechaza por su parte cualquier condición previa, pero reclama a los palestinos que reconozcan Israel como un Estado judío, una medida que los palestinos rehúyen por miedo a que impida la vuelta de los refugiados.
Para los dos dirigentes, las circunstancias que los rodean hacen que las concesiones sean difíciles.
Netanyahu gobierna con el gabinete más conservador de la historia de Israel. Algunos de sus miembros son abiertamente opuestos a un Estado palestino y defienden con uñas y dientes la colonización.
Abas, por su parte, no ejerce ningún control en la Franja de Gaza, donde Hamas se niega a reconocer Israel. El dirigente tampoco cuenta con el apoyo de la mayoría de los palestinos.
La violencia, las colonias
Tras años de lucha armada palestina, dos levantamientos populares (intifadas), varias guerras en la Franja de Gaza, una nueva espiral de violencia azota desde octubre de 2015 los territorios palestinos, Jerusalén e Israel, donde se suceden los ataques contra los israelíes, muchas veces cometidos por jóvenes aislados.
Una semana antes de la conferencia de París, un palestino arrolló a cuatro soldados israelíes con un camión en Jerusalén.
Israel acusa a la Autoridad Palestina de respaldar esta violencia y afirma que la reunión de París hará “retroceder la paz”.
Una gran parte de la comunidad internacional teme que si la colonización continúa, será difícil crear un posible Estado palestino, ya que las implantaciones judías avanzan sin cese en el territorio ocupado por Israel.
Unos 600.000 colonos israelíes viven en Cisjordania y Jerusalén Este.
El Consejo de Seguridad de la ONU adoptó el 23 de diciembre por primera vez desde 1979 una resolución que condena la colonización, gracias a la abstención estadounidense.
¿Qué se puede esperar de la conferencia?
La conferencia se celebrará sin la presencia de israelíes ni palestinos.
Francia propuso que el presidente François Hollande transmitiera los resultados de la reunión a Abas y Netanyahu. Pero el primer ministro israelí rechazó la invitación y el Elíseo informó que Abas sería recibido “en un marco bilateral en las próximas semanas”.
Para los palestinos, la organización de la conferencia ya es en sí una victoria, pero Netanyahu advirtió que Israel no respetaría los resultados.
El interrogante Trump
La conferencia tiene lugar cinco días antes de la toma de posesión de Donald Trump como presidente de Estados Unidos. Tras años de fricciones con la administración Obama, el gobierno israelí espera que la política estadounidense sea a partir de ahora más favorable.
Trump, que condenó la resolución del 23 de diciembre, prometió reconocer Jerusalén como capital de Israel. Un alto responsable palestino estimó por su parte el lunes que con Trump, “todas las señales (eran) negativas”.