Ya estamos en las fechas en las que el Presidente de la República presenta ante la Asamblea Nacional su Memoria y Cuenta. Este año será diferente. Ya lo han anunciado sus conmilitones: burlando el mandato constitucional no irá a la Asamblea sino al Tribunal Supremo de Justicia.
Independientemente de dónde lo haga, nos permitimos suministrarle al Golem gobernante algunos datos útiles para la elaboración de su balance del Ejercicio 2016: En lo económico, caída inédita (¡23%!) del Producto Interno Bruto, inflación de 830%, déficit fiscal de 22 puntos del PIB, deuda pública impagable, desplome de 33% en las reservas internacionales, signo monetario abatido, productos básicos escasos o inalcanzables para la mayoría, (prospera el número de compatriotas que hurgan en los basureros). La industria petrolera y empresas básicas del Estado devastadas, nuestro activo más importante en el extranjero, Citgo, prácticamente en una casa de empeño, el país sin crédito en los mercados internacionales. Nuestros gobernantes declarados indeseables en Mercosur.
Crimen incontrolable: 28.479 venezolanos victimas de muerte violenta, una cifra que se nutre con la ahora popular modalidad de linchamientos y las acciones de mano negra oficializadas bajo el socialista mote de Operación de Liberación del Pueblo. Impunidad en más de 90% de los casos de homicidio.
Sistema de salud miserable: carencia de 90% de insumos en hospitales públicos, escasez de 80% de medicamentos, 130 muertes por cada 100 mil parturientas vs. el ideal de solo 14, centros asistenciales asediados por el hampa…
En materia de libertades públicas, siete diarios regionales han salido de circulación este año por carencia de papel cuyo suministro es monopolio del régimen. En las cárceles del país, el año cierra con 120 venezolanos detrás de las rejas por razones de conciencia.
Cruentas, cada año más, así son las cuentas de este ya viejo infortunio revolucionario.