No se me viene a la cabeza otra palabra que hastío. El mambo desentonado de esta dictadura, que nos hace bailar con pasos atónitos, parece la barbaridad extrema del rufián. La última bocanada de aliento de quien yace desahuciado y falleciente. Es el argumento tenebroso para maquinar su prototipo de ingeniería a la inversa, pues en nada combaten con estas acciones su propio derrumbamiento, medido minuto a minuto, en el pantano movedizo en el que han convertido a Venezuela.
Con una naturalidad absoluta iniciaron la semana pasada su nueva colección de presos políticos. Le plantaron cara a los pronósticos de sus hechiceros desventurados, que de seguro le dieron la fecha fatal en el calendario, pues no existe adivinación coherente que le dé oxígeno a unos pulmones desgastados.
Este “Comando Antigolpe”, que salió al ruedo llevando sus estocadas desalmadas contra diputados, concejales y representantes políticos, fue anunciado casi a la par con el aumento improvisado del salario mínimo nacional, el cual siempre le da fuelle desbocado a esta inflación galáctica que día tras día desarma de esperanzas a los paupérrimos presupuestos de las familias venezolanas.
Este es el único país del planeta, en el cual el aumento de salario se convierte en una despiadada y lamentable catástrofe. Quienes laboran con mucho esfuerzo en el área privada, no saben si con este golpe de desquicio en el costado y en sus cuentas de pago, podría liquidar cruelmente a la economía de la organización y los propietarios tomen la infortunada tarea de disminuir la nómina o cerrar con estruendo la Santamaría.
En el sector público resulta un conteo con calculadora en mano, para contabilizar cómo sobrevivir si tan repentino incremento salarial se verá sólo algunos meses después en sus sueldos, mientras la inflación se despega a órbitas desdichadas y la capacidad monetaria en los bolsillos de estos compungidos empleados se vuelve migas.
Con el inicio del nuevo año, en el estado Lara 27 empresas no retornaron a sus actividades. El diputado José Guerra alegó con la medición de los escrutadores metódicos, que entre los años 2008 y 2017, la inflación alcanzó la cifra insalvable de 14 mil por ciento.
Estamos cansados de esos planes de la patria polvorientos y propiciadores del desasosiego nacional. Sus revenidas concepciones nunca llegan. No existe rectificación para el socialismo, pues dejaría de serlo. Este sistema de gobierno no es condescendiente y mucho menos sabe de lógicas y del bien común. Siempre con la treta, la refriega y la guasa para ofuscar al ciudadano, que continúa agazapado en su propia conmoción.
Han salido entonces a aumentar sus episodios de abusos. Todo se vuelve una tragicomedia en desorden. Se recuerda que entre los puntos cruciales de aquellas delirantes e ilusorias mesas de diálogos, estaba precisamente el de liberar a los presos políticos con la inmediatez de la justicia a ojos abiertos.
Pero este mandato inconmovible no escatima esfuerzos para seguir asido a la silla presidencial, por ello recopila presos injustos como su carne de cañón, sirviendo tal vez de salvoconducto para su defensa final, cuando ya no pueda con las ilegalidades acuestas.
Posiblemente estas violentas y retorcidas actuaciones de seguir apresando a representantes políticos de la oposición —muchos con su inmunidad parlamentaria incuestionable—, les posibilite una negociación para menguar sus castigos o salir por la puerta de atrás sin las esposas puestas. O sólo sean las acostumbradas fumarolas de humo para entretenernos con sus precipitaciones desconsoladas y no nos permita reflexionar en demasía, que una quincena no nos alcanza para ir dos veces a la panadería.
MgS. José Luis Zambrano Padauy
Director de la Biblioteca Virtual de Maracaibo “Randa Richani”
@Joseluis5571