Cuando el año 2016 daba sus últimas campanadas, el precio al cambio del real brasileño rondaba los mil bolívares, un hecho sin precedentes si se compara con que apenas tres meses antes, en octubre, oscilaba entre 350 y 450.
Nota de prensa
Para Senen Torrealba Carrillo, presidente del Bloque de Integración Empresarial Suroriental, cuyos siete estados venezolanos que lo conforman tratan de establecer relaciones directas con el norte de Brasil, este diferencial podría incrementarse y seguir una ola especulativa, tal como ocurrió en la frontera con Colombia.
Los alimentos y las medicinas son los rubros que mayormente adquieren quienes atraviesan “la línea” hacia Pacaraima, población del estado de Roraima fronteriza con Santa Elena de Uairén, en Bolívar, donde los venezolanos acuden diariamente, aunque en las últimas semanas este flujo ha disminuido.
“Es importante que el Gobierno nacional analice aplicar políticas similares en la frontera con Brasil, a las que hoy se activan en el Zulia y Táchira con la apertura de ocho casas de cambio que controlarán este desbalance del bolívar con respecto al real”, propone el dirigente empresarial.
A su juicio, los precios especulativos con los que se están distribuyendo productos de primera necesidad en Pacaraima generan impacto en el costo cuando son expendidos en Bolívar y todos los estados del Biesur, como Anzoátegui, Monagas, Sucre, Delta Amacuro, Amazonas, Nueva Esparta y, por supuesto, Bolívar, que es por donde transita toda la mercancía.
Corredor del sur
“Se hace necesario regular el cambio ilegítimo que encarece los productos importados desde Brasil. Obviamente, esto es una medida transitoria mientras que se recupera la producción nacional y logramos que los venezolanos adquieran bienes hechos en Venezuela”, aclaró Víctor Kafrouni, vicepresidente de Biesur y coordinador de las cámaras de Comercio de los municipios Sifontes, Roscio, El Callao y Gran Sabana.
Desde San Félix hasta Santa Elena de Uairén / Pacaraima, el viaje por tierra dura 10 horas, tiempo este que se agrega a la estructura de costos de los productos importados desde esta frontera.
Por ello, para muchos comerciantes ya no es rentable viajar tan lejos para adquirir mercancía y venderla en Bolívar, ya que los costos son exorbitantes.
Ante este panorama, el presidente de la Cámara Binacional Venezuela – Brasil Guido Fratini, sugiere que además de los controles aduaneros, existan dos o tres casas de cambio que permitan legalmente a los venezolanos cambiar bolívares por reales, a precios acordes al mercado y evitar la especulación.
“Ponemos a disposición del Estado la experiencia que hemos logrado en estos tres años de intercambio directo con las autoridades de Roraima; a nuestros técnicos, para adelantar esta propuesta que agilice la apertura de estas oficinas”, estimuló Fratini quien conoce en directo la realidad del norte de Brasil.
(ComBiesur)