Los venezolanos en los últimos días hemos visto con indignación como quien hoy usurpa Miraflores, ha pretendido montar un show para hacer ver que en el país todo marcha de viento en popa, y que es la disidencia quien lo ataca en conchupancia con el imperialismo, para destronarlo del reino de la revolución, que no es otra cosa que el nido de la corrupción, del odio, del chantaje, de la perversidad, de la persecución, de la ineptitud y pare usted de contar.
La malcriadez con la que decidió presentar la memoria y cuenta 2016, el peor año para el país en términos políticos, económicos y sociales, en el Tribunal Supremo de Justicia, es una muestra de su debilidad popular, y de que no existe ningún balance positivo al respecto, porque si así hubiese sido, por supuesto que asiste a la Asamblea Nacional con bombos y platillos a hablar de su gestión revolucionaria, pero prefirió encuevarse en el bufete que lo asiste y le da oxigeno que darle la cara al pueblo venezolano.
Nada que mostrar, nada que ofrecerle a un país que atraviesa la peor crisis jamás vivida en su época republicana, por ello a través de un supuesto Comando Antigolpe, pretende encarcelar y perseguir a los millones de venezolanos que muestran su descontento ante el gobierno más inepto, corrupto e hipócrita. Ya comenzaron con la cacería de brujas contra los dirigentes de la unidad democrática, y el encarcelamiento del diputado Gilber Caro, no sólo violenta la Constitución Nacional, porque él goza de inmunidad parlamentaria, sino que los argumentos esgrimidos por Nicolás Maduro en cadena nacional, son realmente asquerosos. Lo señala de haber tenido un pasado judicial y le dice hampón, cuando este venezolano logró superar este obstáculo en su vida y convertirse en ejemplo para muchos jóvenes. No obstante, el usurpador de Miraflores tiene rabo de paja al respecto y no debería emitir juicio de valor, porque al parecer se le olvida que no le ha dado la cara al país para hablar del tema que lo enloda como es el de los narcosobrinos, hoy en una cárcel de Estados Unidos esperando cadena perpetua.
Esto sin contar la maniobra Zamora 200, que realizó para mostrar a Venezuela y el mundo que la revolución está preparada para cualquier ataque que ponga en riesgo su permanencia en el cargo. Pena ajena ver a un montón de borregos disfrazados, equivocándose en el uso del parque armamentístico y dando la cómica en cadena nacional. Es decir un show más de Maduro y sus secuaces, donde por cierto se despilfarró una gran cantidad de dinero, mientras nuestro pueblo muere de hambre y en los hospitales no hay no jeringas. A Maduro se le olvida que precisamente la inteligencia militar de un país, es poderosa porque se caracteriza por el secreto y por manejar el tema de seguridad de Estado en términos totalmente moderados para que el enemigo no sepa con qué se cuenta a la hora de un ataque.
La declaración de extensión del Decreto de Emergencia Económica, es otra burla más para el país, porque como todos recordarán durante el 2016, estuvimos bajo este mismo cuento, y resultó peor el remedio que la enfermedad.
Maduro pretende desconocer el poder del pueblo al querer silenciar a la Asamblea Nacional, porque somos nosotros quienes hacemos contraloría política y social a cada una de sus actuaciones, y porque hemos puesto el dedo en la llaga y hemos llegado al fondo de los instintos más bajos en materia de corrupción y de narcotráfico, y nada ni nadie nos va a detener en nuestro papel como parlamentarios.
Este año venimos más fortalecidos que nunca, y con un objetivo fundamental, la celebración de unas elecciones generales en términos de inmediatez. Si son tan sobraos que se cuenten, y que sea el pueblo venezolano quien decida, no unos magistrados sin moral ni ética para darle la cara al país.
@AndresECE