Los Cardenales de Lara y las Águilas del Zulia disputarán la final de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP) desde este viernes, en busca de un título que no alzan desde hace 16 y 17 años, respectivamente, reseñó EFE.
Para el Zulia la sequía es aún más notoria, puesto que no accedía a una serie final de la liga venezolana desde la temporada 1999-2000, cuando en cinco choques batió a los Navegantes del Magallanes y levantó su último trofeo de campeón.
Los Cardenales, por su parte, estuvieron por última vez en una serie final en la campaña 2012-2013, en la que cayeron 4 juegos por 3 ante los Navegantes del Magallanes.
Si bien los Cardenales parten como ligeros favoritos, tras avanzar a postemporada como primeros de la tabla y agregar las mejores piezas disponibles en cada ronda de adiciones y sustituciones, la final será “muy reñida”, según el mánager de las Águilas, Lipso Nava.
“Poco a poco hemos ido pasando los escollos, acá estamos (en la final) y ojalá el béisbol siga favoreciéndonos, tenemos que jugar de manera impecable”, le dijo Nava a la prensa venezolana.
Nava y Wilson Álvarez -este último actual ‘coach’ de lanzadores de las Águilas- eran jugadores de la novena zuliana en el 2000, cuando el equipo se alzó con su último trofeo de campeonato.
Nava además ganó el premio al Mánager del Año en esta campaña, aunque reconoce que este galardón no lo hace superior a su rival de Cardenales, Luis Dorante.
“Tuve la oportunidad de trabajar con él (Dorante) y sé que el ‘pitcheo’ será fundamental para salir victoriosos”, añadió.
El ‘pitcheo’ es precisamente la principal arma del Zulia para encarar la final.
Los lanzadores de las Águilas, combinados, trabajaron por espacio de 80 entradas en la semifinal, permitiendo solo 24 anotaciones y cerrando con la menor efectividad del circuito: 2.24 carreras limpias por cada 9 entradas, muy por debajo de las 3.17 -con 40 rayitas limpias- que toleró Cardenales.
El Zulia, además, podrá contar con su estelar del último capítulo, el lanzador Silvino Bracho, quien recibió permiso de su organización en los Estados Unidos, los Cascabeles de Arizona, para actuar durante toda la final, dijo Nava.
Pero los Cardenales de Luis Dorante, mánager que accede a su primera final de la pelota invernal venezolana luego de 14 años de trabajo en la liga, basarán su estrategia en el bateo.
En semifinales Lara conquistó los renglones ofensivos de promedio al bate, indiscutibles y dobles, y obtuvo el segundo mejor registro en vuelacercas, anotadas y remolcadas.
En la ronda de sustituciones lograron añadir al dominicano Denis Phipps, un jugador que está dejando números muy altos en la postemporada: línea ofensiva de .419/.490/.767, con 17 remolques y 4 cuadrangulares.
“Tenemos un lema que dice ‘no conformarse, no rendirse’, y en eso nos hemos basado todo el año, nunca nos hemos conformado con lo hecho, sino que hemos seguido luchando para alcanzar la misión principal del equipo que es ganar el campeonato”, le dijo Dorante al diario El Universal.
El segunda base Ildemaro Vargas, una pieza clave en la alineación de Dorante, no podrá disputar la final, pero el mánager cree que tiene otros buenos jugadores para suplir la ausencia de ‘Caripito’, un jugador con “chispa” que “contagia” a sus compañeros.
“Es una baja dura, pero hay material para suplirlo”, aseveró el dirigente de Cardenales.
Esta será apenas la segunda vez que Lara y Zulia se enfrenten en una serie final. El único antecedente ocurrió en la temporada 1983-1984, y en esa ocasión los rapaces conquistaron su primer título de la LVBP.