Una mujer tuvo la niñez, adolescencia y adulta más terrible que te puedas imaginar y aún así logró sobrevivir. Su nombre es Katy Morgan-Davis tiene 33 años y durante tres décadas estuvo secuestrada por su padre, quien era el líder de un poderoso culto religioso y quien, además, la convenció de que él era Dios, reseñó Upsocl.
No tenía con quien hablar y según lo que ella misma le aseguró al Daily Mail, solía hablar con las ratas y las llaves del agua. Rara vez lograba tener contacto con algún otro humano y no sabía nada del mundo exterior. Estaba convencida de que si había un terremoto era su culpa por haber desobedecido una orden, no tenía la más mínima idea sobre cómo usar electrodomésticos y ni siquiera sabía cómo cruzar las calles.
Fue en 2013 que Katy logró finalmente escapar del culto, donde vivían en su mayoría mujeres que eran abusada físicas y mentalmente por su padre, y contar su verdad a los medios. Todo fue gracias a uno de los seguidores del culto que logró ingresar un teléfono a la residencia. Eso les permitió llamar a una línea anti-esclavitud y denunciar el hecho.
Lo más sorprendente de todo fue que sólo al lograr escapar comprendió quién era su padre, cuál era su nombre y qué era lo que hacía. El hombre con el que había convivido durante todo ese tiempo se llamaba Aravindan Balakrishnan, también conocido como Cofrade Bala, y era el peligroso y violento líder de una secta.
Afortunadamente el hombre fue juzgado y encarcelado y debe cumplir una condena de 23 años, pero eso no ha logrado borrar todas las secuelas con las que la mujer ha quedado. Desde pequeña le tocó escuchar las amenazas de su padre hacia las mujeres y relató cómo lo veía obligarlas a realizar actos sexuales al mismo tiempo que les advertía que si alguna vez dejaban la casa morirían.