El pasado 14 de enero monseñor Antonio José López Castillo pidió a la Divina Pastora “que interceda ante su hijo, Jesucristo, porque el pueblo hoy siente más hambre. No tiene comida: no hay alimentos; el pueblo está mal ¡Viva la democracia!”, exclamó. Así lo reseña elimpulso.com
Por Lorena Quintanilla Muñoz
Dos días después, grupos identificados con el oficialismo protestaron frente a su residencia, lo descalificaron e insultaron.
Se generó toda una matriz de opinión alrededor del sacerdote que incluso lo sacó a carreras del municipio Jiménez el viernes 20 de enero, cuando se desarrollaba la conmemoración de la Virgen de Altagracia, porque presuntamente el Sebin lo estaba buscando.
A propósito, lo entrevistamos en su residencia, desde donde hoy partirá la marcha que recordará el fin de la dictadura de Pérez Jiménez.
-¿Cómo se siente usted luego de toda esta situación, está atemorizado, intimidado, afectado?
-No, simplemente pienso que dije lo que tenía que decir en defensa del pueblo. Me siento como alguien que cumple con su deber.
-¿Qué opina de las críticas que ha recibido por parte de afectos al PSUV?
-Ellos enfocan ese mensaje desde su punto de vista porque no quieren que se sepa lo que está pasando en el país, lo cual es una situación muy grave, muy dura y difícil. Pero la mayoría de la gente está a favor de la democracia, la Iglesia y el obispo.
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