El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, criticó el pasado diálogo en Venezuela entre gobierno y oposición, cuyos resultados consideró “negativos” ya que “ha servido para consolidar (…) la estrategia del gobierno de que no hubiera un referéndum revocatorio el año pasado”.
AFP
“Creemos que el diálogo tiene que ser un diálogo político de alto nivel”, eso es “muy difícil hacerlo cuando los principales líderes de la oposición pueden estar presos” como “el caso de Leopoldo López”, añadió durante un discurso en la Eurocámara.
Las críticas a la situación en Venezuela le valieron a Almagro reproches de los parlamentarios de la izquierda radical, que lo calificaron de “secretario general partidista” por su “obsesión” con este país latinoamericano, en palabras del español Javier Couso.
Almagro también expresó su preocupación por los derechos de migrantes tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. Indicó que “no sería admisible” un retroceso en “los avances específicos que habían habido en materia de derechos civiles y sociales en el contexto interamericano”, al tiempo que se mostró preocupado por “cómo se va a implementar cualquier esquema de deportación”.
“El tema es cómo se realiza esto y cómo se respetan los derechos de los migrantes, cada derecho económico, social, cultural, civil y político que tiene cada migrante”, reiteró.
Las declaraciones del jefe de la OEA, a la que también pertenece Estados Unidos, llegan cuando Trump se apresta a lanzar su polémico proyecto de un muro en la frontera con México y determinar los mecanismos para eliminar las llamadas “ciudades santuario”, donde las autoridades se niegan a detener inmigrantes indocumentados para su deportación.
El ex canciller uruguayo (2010-2015) recordó, no obstante, que la política migratoria de Estados Unidos no empieza con la nueva administración, que prevé deportar unos 3 millones de personas, ya que con el expresidente Barack Obama se deportaron unos 2,5 millones de personas.
El secretario general de la OEA hizo referencia a Trump en el turno de preguntas a instancias de gran parte de los eurodiputados presentes, que mostraron su preocupación por las consecuencias de su llegada a la presidencia de Estados Unidos en sus relaciones con el resto del continente.