La extraña postura de las manos de un agente del Servicio Secreto durante el desfile inaugural desató las teorías en las redes sociales, pero FCINCO desmonta esta teoría en elmundo.es
Por @Fcinco_EM
La toma de posesión de Donald Trump como presidente de EEUU, el pasado sábado, dejó muchas imágenes para la posteridad. La visible incomodidad de Michelle Obama al recibir el regalo de su sucesora como primera dama desató una oleada de solidaridad, y todos fuimos Michelle.
El discurso inaugural del magnate tampoco dejó indiferente a nadie, las redes no pasan una y detectaron, rápidamente, que sus palabras más emotivas parecían inspiradas en las de un villano de Batman. Y eso por no hablar de las pancartas anti Trump de la marcha de mujeres: esa mujer preguntándose cómo podía seguir protestando por lo mismo en el siglo XXI llegó al corazón femenino de todo el mundo.
Pero hubo un detalle que no pasó desapercibido a los internautas más observadores, y que desató un gran debate en las redes: durante el desfile, el guardaespaldas del recién estrenado presidente caminaba detrás de Melania con una postura forzada que mantendría durante horas. Brazos doblados, una mano tocando la otra, dedos extendidos.
La pregunta asaltaba a los testigos del momento: ¿Serían falsos los brazos del agente?Una publicación en Imgur circulaba por internet: “Sus manos se mantuvieron exactamente en la misma posición durante horas”, explicaba el autor, que especulaba con una posible respuesta al misterio: “La razón por la que creo que lleva brazos falsos es que puede esconder un rifle automático en posición lista para disparar bajo el abrigo”.
Efectivamente, un vistazo a las imágenes de aquel día confirma que el guardaespaldas mantiene esa postura durante todo el desfile, desde la iglesia hasta el Capitolio. Este extenso vídeo hace un exhaustivo seguimiento de los “brazos falsos” del agente del Servicio Secreto durante toda la mañana.
Pero ojo, una observación más detallada desmonta la teoría de las prótesis. La postura es forzada, sí, incluso los dedos parecen demasiado grandes, demasiado rígidos. Pero se mueven. Hacia el minuto 2.45 el guardaespaldas hace un ligero movimiento de pulgar que confirma que sus manos son reales. Un poco ortopédicas, quizá, pero de carne y hueso.
Por si se tratara de un efecto visual, hemos repasado todas las fotos del día. La conclusión, aunque menos emocionante que el mito, es clara: no, el guardaespaldas de Trump no tiene brazos falsos para esconder un fusil.