La voluntad del pueblo es el fundamento de la autoridad de un gobierno. Esa voluntad debe expresarse y aceptarse por medio de elecciones periódicas, auténticas, libres y justas, realizadas por medio del sufragio universal, directo y secreto.
Este principio fundamental de la democracia parece no ser entendido por el Consejo Nacional Electoral. Desde aquel 18 de octubre de 2016, cuando la presidenta del CNE, Tibisay Lucena, le informó al país que las elecciones regionales se efectuarían a finales del primer semestre de 2017 hasta la presente fecha han transcurrido tres meses, con el agravante de que el período constitucional de los gobernadores electos en 2012 venció en 2016.
Todo indica que el CNE se está burlado de los venezolanos, porque no se vislumbran indicios decumplir con la ejecución del cronograma electoral: el cronograma electoral para las regionales no ha sido definido con claridad; no se ha realizado una convocatoria oficial para la celebración de las elecciones, tal como lo establece el artículo 42 de la Ley Orgánica de Procesos Electorales (Lopre); no se ha dado la apertura del Proceso de Inscripción y Actualización en el Registro Electoral, con el despliegue de Puntos Fijos y Móviles en los 335 municipios de los 23 estados y el Distrito Capital.
Apenas faltan cinco meses para que venza el lapso perentorio anunciado por Lucena para elegir a gobernadores. Lo que se percibe, en forma alarmante, es que el CNE está “ganando” tiempo para no realizar las elecciones, pues el diseño y ejecución de unos comicios se hacen de un día para otro. La máxima autoridad del Poder Electoral, en vez de fungir como una instancia independiente del Estado, se ha convertido en un operador político del gobierno y del partido de gobierno.
El CNE tiene la obligación de garantizar a los venezolanos la celebración de las elecciones regiones; se trata de un derecho y no de una concesión o dadiva del gobierno. El derecho a la democracia y a elecciones periódicas no es un simple enunciado retórico carente de valor. La Carta Democrática Interamericana estipula artículo 1 que “Los pueblos de América tienen derecho a la democracia y sus gobiernos la obligación de promoverla y defenderla”; y en el artículo 2 se especifica que: “El ejercicio efectivo de la democracia representativa es la base del Estado de Derecho y los regímenes constitucionales de los Estados Miembros”; y que: “Son elementos esenciales de la democracia representativa, entre otros, el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales; el acceso al poder y su ejercicio con sujeción al estado de derecho; la celebración de elecciones periódicas, libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía del pueblo; el régimen plural de partidos y organizaciones políticas; y la separación e independencia de los poderes públicos”.
Esas elecciones regionales que el CNE está baypaseando, son un elemento necesario e indispensable para que se exprese la voluntad del soberano y no tengamos dudas de que en Venezuela hay democracia.