“Período Especial”: un parecido que mete miedo, por @ArmandoMartini

“Período Especial”: un parecido que mete miedo, por @ArmandoMartini

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Más allá de rumores, análisis y sueños, Maduro tiene y seguirá teniendo dificultades. No por ignorante ni descentrado, sino porque es lo único que sabe, lo que aprendió, es el objetivo para el cual fue entrenado. No fue elegido por Chávez el caudillo, sino por el enfermo terminal que cedió mansamente a las influencias interesadas de Fidel Castro.

Chávez asumió el marxismo cuando fantaseaba delirios nacionalistas demagógicos. Maduro aprendió el castro-comunismo y lavaba su cerebro en La Habana. Cuando Chávez descubrió su fascinación por Castro, ya Maduro era un entrenado activista.





Es un error asumir que Maduro es bobo. Hay que entenderlo, es un operador castro-comunista convencido y empeñado en difundir e imponer un proceso de acuerdo a lineamientos, conceptos e intereses castristas. Justo lo que está haciendo y logrando: Venezuela ya es igual que Cuba, vive un “Periodo Especial”. ¡Aterrorizante similitud!

El problema no es la invasión cubana, hecho conocido cuando Chávez hipnotizado abrió las puertas a directrices -disfrazadas de consejos generosos en un traje de espejismos seductores- de los Castro. Lo que alarma y preocupa, es la estructura de gobierno que hoy tutela a Venezuela. Paso a paso se fueron controlando los poderes incluyendo el militar. Chávez por ambición, Maduro por convicción.

El “Período Especial” cubano surgió de la crisis económica que le estalló a la dictadura a raíz del colapso de la Unión Soviética en 1991.

Bajo la dirección madurista, se ha venido instaurando cada etapa ejecutada y probada en el “Período Especial” de los Castro para continuar el dominio y sumisión del pueblo. El cubano entonces, el venezolano ahora. Se utilizan argumentos, métodos y medidas que se aplicaron en Cuba, cuando les tocó sostenerse sin los soviéticos, programa que ahora está siendo implantado en Venezuela sin resistencia y peor aún, sin conocimiento. ¡Coincidencia perversa!

La desaparición del auxilio ruso arruinó aún más la sociedad, su economía y los ahorros del tirano Castro y sus cómplices, lo que los  llevó a urgentes reformas en la agricultura, disminución en el uso de automóviles, y obligó a reacondicionamientos en la industria, la salud y el racionamiento. En la Venezuela de finales de Chávez y los años de Maduro se llama “Plan de la Patria”. ¡Dos naciones devastadas!

En aquella Cuba arruinada, la carestía y el hambre crecieron, tal como ha venido sucediendo en Venezuela. El control por el Estado cubano  era total, en nuestro país el Gobierno ha venido ganando y cada vez queda menos fuera de sus manos avaras.

El desplome de la moneda se convirtió en ingreso para la tiranía de La Habana robando su parte sustancial de las remesas. Familias con suerte de recibir dinero podían comprar algo más. Lo mismo ocurre en Venezuela con exiliados que remiten moneda y productos a sus familiares atascados aquí. Para no comentar sobre el crecimiento explosivo de la prostitución y el turismo sexual, pagaderos en dólares y euros.

Se idearon formas alternativas de transporte, miles de bicicletas tomaron las calles. En Venezuela, donde todavía hay gasolina barata, aparecieron nubes de mototaxis. El ingenio cubano parapeteó viejos autos del pre-castrismo. En Venezuela estamos en la fase de vehículos parados por alto costo y falta de repuestos, empezamos a canibalizarlos y pronto se impondrán similitudes, choferes y mecánicos criollos aprenden y se vuelven ingeniosos.

La Habana hizo reformas constitucionales y se dio una transición del modelo de planificación central socialista a un modelo comunista de mercado descentralizado. Prohibida la propiedad privada de la producción y la planificación económica en las manos exclusivas del Gobierno, con cierta libertad de acción a pequeños emprendedores. Como nosotros y la promulgación del Estado de Excepción y Emergencia Económica, con restricción de garantías políticas y económicas, que llama a participaciones privadas, pero califica cualquier iniciativa -que no guste- como amenaza o conspiración, motivo para arrestos y prisiones.

Buscaron turismo lucrativo, especialmente de España, en un intento por generar divisas e incluso despenalizó la tenencia de divisas. El Gobierno Bolivariano hizo lo mismo, con el Decreto Ley del Sector Turismo.

Todo esto y más se aplica en la Venezuela que ellos mismos trasladaron del Chávez desahuciado al Maduro amaestrado y obediente, pero sin fuerza e iniciativa para hacer cambios.

Los Castro fusilaron al sector militar y político apenas llegaron a La Habana abandonada por el sinvergüenza general y déspota Batista, pero logró escapárseles la mayor parte del talento productivo. Cuando lo restringieron, tenían un país, pero no ciudadanos. En Venezuela Hugo Chávez fue poco a poco, le tocó en 1999 un mundo diferente, relampagueante, intercomunicado. No obstante, pasamos de un país que recibía inmigrantes con los brazos abiertos, a un país emisor de expatriados, escapados muchas veces rechazados y discriminados.

El ejército revolucionario conquistó una Cuba donde había democracia debilitada por tiranías, corrupción y la arbitrariedad de Batista, viciosa, mafiosa y prostituida. En la Venezuela que Chávez sedujo, la corrupción estaba, pero no difundida, la opresión se había olvidado, existía exclusión pero también oportunidades, son muchos los pudientes de hoy que comenzaron sin un centavo y no robaron, sobran ejemplos. Hoy es al revés.

Los Castro arrasaron con opositores, sepultados en cárceles, golpeados o exiliados, los medios de comunicación borrados. En Venezuela los medios han sido comprados o acosados y buena cantidad de políticos privados de libertad y desterrados. Pero existe una información instantánea, internet, redes sociales, mucho más difícil de intervenir, para un régimen que intenta tener todo pensamiento en un puño. Los Castro mataron o enrejaron a los periodistas, en la Venezuela actual cada ciudadano con una computadora y un celular, es un comunicador.

La oposición cubana desapareció o la desaparecieron; en la Venezuela presente la oposición ha cometido errores, pero ha sido empecinada y popular, cada día más poderosa y creciente, aun equivocándose no se deja aplastar, resiste. Puede que algunos de sus líderes sean cuestionables, pero tiene más gente, popularidad y afecto que el oficialismo.

Maduro trata de controlar copiando normas del “Período Especial” y del castro-marxismo que aprendió en La Habana. En la isla los cubanos sueñan con democracia y libertad, en Venezuela las tuvimos tiempo suficiente para conocerlas, recordarlas y acostumbrarnos a entenderlas, exigirlas y ejercerlas. Por eso la rígida organización comunitaria de control que quiere imponer el madurismo existe, pero funciona a su propio aire, no como los líderes rojos desearían.

El cáncer madurista no está en la forma de pensar, sino en lo que fracasan y siguen fracasando los comunismos de la historia: la economía inoperante, torpe, y el intento de arreglar con represión. La Habana lo sabe, Venezuela se escapa, el alumno entrenado aprendió lecciones, pero no sabe de adaptaciones.

Venezuela se cubaniza no sólo en presencia e instrucciones, sino en su estructura de gobierno y política, en el quehacer diario y social de convivencia. Sufrimos, al igual que los cubanos, un “Periodo Especial”. El régimen castrista nos gobierna, inaceptable afrenta que nos obliga a reimponer la Venezuela decente, de principios y buenas costumbres ciudadanas.

¡No hay castrismo que dure cien años ni Venezuela que lo resista!

@ArmandoMartini