El Centro de Refinación Paraguaná (CRP), el más grande de Venezuela, operaba el fin de semana a un 42 por ciento de su capacidad de 955.000 barriles por día (bpd), informó un líder sindical, citando un documento interno de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).
Amuay, la principal refinería de la nación OPEP, que opera en el CRP, estaba produciendo cerca de 300.000 bpd, casi la mitad de su capacidad de 645.000 barriles, apuntó Iván Freites, sindicalista y feroz crítico a la gestión de la petrolera, en la noche del lunes.
La vecina Cardón, con capacidad para procesar 310.000 barriles diarios de crudo, operaba a 100.000 bpd, de acuerdo al documento al que tuvo acceso el líder sindical.
PDVSA no contestó de inmediato a una solicitud de información sobre la actividad del complejo.
Los críticos dicen que la escasez de repuestos, la falta de mantenimiento y una red eléctrica débil han afectado la actividad del sector. PDVSA aduce que sus operaciones son afectadas por el sabotaje de sus enemigos políticos.
En Amuay se encuentran fuera de servicio dos destiladoras, la unidad de Flexicoquer y las plantas hidrodesulfuradoras, de alquilación y azufre, indica el reporte que obtuvo Freites.
La refinería Cardón tiene detenida su planta de craqueo catalítico desde el 23 de enero, así como dos destiladoras y las unidades de alquilación e hidrodesulfuradoras, apuntó Freites, con información de la estatal petrolera.
“Es correcto, hay varias plantas paradas, algunas desde hace varios meses”, dijo un trabajador del complejo refinador que pidió mantener su nombre en reserva.
Freites apuntó que en el CRP se han registrado tres incendios menores en los últimos 15 días, sin producir daños mayores ni heridos. Uno de ellos ocurrió la noche del lunes, indicó el trabajador.
Para compensar la merma en la producción de sus principales refinerías, PDVSA ha tenido que importar productos refinados, en medio de las dificultades que enfrenta para financiar sus gastos operativos tras la caída de los precios del petróleo.