La Fiscalía de Perú allanó hoy la casa del expresidente Alejandro Toledo (2001-2006) en busca de documentación vinculada a las versiones que lo acusan de haber recibido 20 millones de dólares para favorecer los negocios de la empresa brasileña Odebrecht, tal como reveló la prensa en las últimas horas.
EFE
Desde las primeras horas del sábado, un equipo del Ministerio Público, encabezado por el fiscal Hamilton Castro, allanó la casa del expresidente en el lujoso distrito de La Molina y reunió documentación pertinente para las investigaciones, mientras que Toledo se encuentra en Francia con su esposa Eliane Karp.
Al cabo de nueve horas, el fiscal Castro se retiró de la casa con varias cajas llenas de documentos.
El presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, prometió la “colaboración” total de su Gobierno en las labores de la fiscalía para garantizar “que la investigación sea eficaz”.
En un mensaje colgado en Twitter, Kuczynski, quien se desempeñó como primer ministro y ministro de Economía durante el gobierno de Toledo, dijo haber “ordenado al Poder Ejecutivo colaborar en todo lo necesario para garantizar que la investigación sea eficaz”, bajo la premisa de que en Perú “nunca más” haya corrupción.
El viernes, Kuczynski escribió en la misma red social que “la justicia debe ser igual para todos” y que si alguien “cometió corrupción, debe ser sancionado”, minutos después de que se filtrara en la prensa la información de la fiscalía.
De igual forma, Fernando Zavala, primer ministro y quien también fue ministro de Economía bajo la gestión de Toledo, usó Twitter para afirmar que “si son ciertos los actos delictivos” de los que se acusa al expresidente, debería haber “la máxima sanción penal”.
Por su parte, Toledo negó hoy “absoluta, rotundamente” el haber recibido dinero de la constructora brasileña Odebrecht para otorgarle la construcción de los tramos 2 y 3 de la carretera Interoceánica, en una entrevista al diario El Comercio desde París.
El exmandatario se mostró confundido por la información e insistió “absoluta, rotunda, rotundamente” en que no tiene nada que ver con el dinero que la fiscalía habría encontrado en cuentas de su amigo Josef Maiman, donde se habría depositado las coimas de Odebrecht.
“Yo no tengo nada. Lo que ha dicho el señor Maiman es una prueba de él, que él tiene sus negocios. ¿Qué tienen que ver conmigo? Por favor”, dijo Toledo.
Según revelaron los diarios La República y Correo en sus versiones digitales, el exdirector de Odebrecht en Perú Jorge Barata, acogido a la figura legal de “colaborador eficaz”, habría confirmado a las fiscalías de Brasil y Perú que Toledo recibió un soborno de 20 millones de dólares entre 2005 y 2008 para adjudicarse la construcción de la carretera que comunica con Brasil.
Toledo se preguntó en varias ocasiones dónde está ese “documento” con las declaraciones de Barata y también mostró sorpresa al saber que ese dinero se habría entregado a pedido suyo.
“¿Para mí? ¿A dónde están los míos? Busquen mis cuentas, por favor”, reclamó Toledo al diario.
La prensa indicó además que es inminente el pedido del fiscal encargado del caso, Hamilton Castro, para detener a Toledo por los delitos de cohecho y lavado de activos.
En ese sentido, el presidente del Poder Judicial, Duberlí Rodríguez, aclaró que Toledo “ya no cuenta con el beneficio de las prerrogativas constitucionales” que como expresidente “pudieran beneficiarlo procesalmente” y que, por tanto, “él tiene que ser investigado como cualquier ciudadano”.
En Perú, Odebrecht pagó 29 millones de dólares en sobornos a funcionarios entre 2005 y 2014, años que comprenden los Gobiernos de Alejandro Toledo (2001-2006), Alan García (2006-2011) y Ollanta Humala (2011-2016), según se desprende de un acuerdo firmado por la compañía con el Departamento de Justicia de Estados Unidos.