Juan Marcos Colmenares: Las trompadas de Trump

Juan Marcos Colmenares: Las trompadas de Trump

thumbnailjuanmarcoscolmenares

 

El resultado de las elecciones en los Estados Unidos fue bastante inesperado. Casi nadie pronosticaba una victoria de Donald Trump ante el favoritismo de Hilary Clinton y la fuerte maquinaria del partido demócrata. Con un discurso antisistema, populista, demagogo y de cambio, prometiendo “hacer a América grande otra vez”, logró agitar la xenofobia y el resentimiento de gran parte de la población. Donald Trump y los republicanos tuvieron una victoria total, ganando la presidencia, el senado y la cámara de representantes.





La antipolítica, el populismo y el rechazo a los partidos políticos están en aumento en todo el mundo. Un fenómeno que pudo haber tenido sus inicios en movimientos nacionalistas como el de Juan Domingo Perón en Argentina y que continuó con Néstor y Cristina Kirchner; con Hugo Chávez en Venezuela, Rafael Correa en Ecuador, Evo Morales en Bolivia o José Mujica en Uruguay; está contagiando a países de Europa como Grecia, Holanda, Italia y España; y ahora también amenaza a la democracia más importante del mundo, los Estados Unidos de América.

Pero el populismo no es una ideología, sino una estrategia para obtener el poder y gobernar. Y esa estrategia la están utilizando pequeños partidos populistas y radicales de izquierda, de derecha o neonazis que tienen en común el desprecio a los políticos tradicionales. Encuestas de la consultora estratégica Gallup revelan que en Estados Unidos la confianza en el gobierno es la más baja de las últimas décadas. En América Latina los partidos políticos son de las instituciones que generan menos confianza. Y en Europa la participación de los ciudadanos en los partidos políticos ha caído en 40%. La crisis económica y la ola de refugiados han debilitado el establishment e indignado a los pueblos.

El presidente Donald Trump en el acto de su investidura, con un discurso populista y oscuro atacó a la clase dirigente, prometió recuperar las fuentes de trabajo y “proteger las fronteras de los estragos de otros países que fabrican nuestros productos, roban nuestras empresas y destruyen nuestros puestos de trabajo”. Siguiendo el lema “America First” (Estados Unidos primero) y en un tono populista, nacionalista y antipático, prometió poner de primero los intereses de Estados Unidos, del ciudadano de a pie, ayudar a la clase media y beneficiar a los trabajadores y a las fábricas estadounidenses.

Y desde la primera semana empezó a dar trompadas: Propiciando una política comercial proteccionista, retirando a EEU del Acuerdo Transpacífico (TPP), decretando la renegociación del NAFTA firmado con Canadá y México y aumentado los impuestos a los productos importados. En materia de seguridad e inmigración decretó la construcción de un muro en la frontera con México, la deportación de inmigrantes indocumentados y prohibió la entrada de refugiados musulmanes de Irak, Irán, Siria, Sudán, Libia, Somalia y Yemen. En materia de salud decretó la liquidación de la reforma sanitaria “Obamacare”. Y en una actitud sin precedentes, continuó atacando a la prensa y a periodistas, por informar de forma injusta y deshonesta.

En materia energética planea levantar restricciones a la explotación de combustibles fósiles y para eso es esencial el nombramiento como secretario de Estado de Rex Tillerson, jefe de ExxonMobil, empresa petrolera de fuertes e históricas relaciones con Venezuela a través de su filial Creole Petroleum (Lagoven después de la nacionalización).

Ojalá que Donald Trump y Rex Tillerson volteen su mirada al sur del continente y se preocupen por nuestra empobrecida Venezuela. Un país que fue su más importante aliado energético durante la II Guerra Mundial, que declaró su solidaridad con Estados Unidos, que jugó un papel clave como su proveedor principal de petróleo; y además, porque somos el país con las mayores reservas probadas de petróleo del mundo. Un país que ha sido saqueado por malandros castro-comunistas y chavistas, que han destruido nuestra industria petrolera y nuestro futuro.

*Abogado
[email protected]
@JMColmenares