“Hola Juan Pablo. Te llamé esta mañana para denunciar que en mi barrio los malandros fulano y sutano están entrando a las casas, amarran a todos y se roban todo lo que consiguen. Te agradezco la denuncia. Corremos mucho peligro. Cuenta con mi apoyo. Gracias.” Mensajes como este, que recibimos periódicamente y que provienen de habitantes de diversas comunidades de Maracaibo y de todo el Zulia, nos hacen reflexionar acerca del drama que vivimos los venezolanos en materia de seguridad. En la mayoría de esos mensajes, se mencionan con detalles los nombres y ubicación de azotes de barrio y delincuentes que hacen estragos por donde pasan. Cuando le preguntamos a la gente por qué no interponen la denuncia ante las autoridades policiales, la respuesta es la misma: “Tenemos miedo de que los malandros sepan que los denunciamos y arremetan en nuestra casa con amenazas o hasta atenten en contra de nuestra vida.”
Esa realidad nos ha llevado a promover la organización de Comités Vecinales de Denuncias contra la inseguridad. Todos sabemos que la prevención es la mejor política para combatir los niveles de violencia que hoy vivimos los venezolanos, pero también sabemos que cuando el hampa está desbordada, es necesario que se produzcan acciones represivas que logren frenarla. Tanta prevención como sea posible, tanta represión como sea necesario. Con estos comités estamos organizando la gente e invitándola a perder el miedo a la delincuencia. Sabemos que no es fácil lograrlo porque las policías han sido penetradas por el delito y han perdido la confianza del ciudadano. Pero también sabemos que aún hay policías honestos que están del lado del ciudadano y por eso hemos decidido ser mediadores entre las comunidades y los cuerpos de seguridad. Si un ciudadano sabe quien delinque y que en su vecindario hay un centro de operaciones delictivas le invitamos a contactarnos y denunciar. Nosotros procesaremos la denuncia a través de funcionarios honestos que colaboran con la sociedad para que se resuelvael caso.
En circunstancias parecidas a la nuestra se han desarrollado experiencias exitosas en este sentido. Casos como el de Guayaquil, Quito, Medellín o Bogotá, demuestran que la participación ciudadana es determinante en la acción y prevención del delito. En estas ciudades se crearon consejos de seguridad integrados por las policias, el ministerio público, las comisiones de tránsito, la cámara de comercio y la sociedad civil organizada y han logrado bajar el delito, incluso los homicidios. Allí tienen claro que la gestión de la seguridad, la acción e inversión policial debe estar en manos de las regiones y municipios.
Mientras eso sucede en nuestras cercanías, en Venezuela tenemos un estado nacional invasivo, todopoderoso, que piensa que todas las competencias y todos los recursos deben estar en sus manos, que no se conforma con su competencia de diseñar las políticas nacionales de seguridad y policía, sino que pretende administrar e intervenir las policías estadales y municipales y hasta organizar la participación ciudadana en esta y en todas las áreas. Así no podemos lograr avances en esta materia y por eso y otras muchas razones, tenemos un incremento impresionante en los niveles de inseguridad y de delitos. Sólo en homicidios por cada cien mil habitantes, desde 1999 hasta 2016, hemos pasado de 19 a 82, lo que refleja una realidad que nos ubica en los últimos lugares de todo el mundo en materia de seguridad.
Los venezolanos estamos agobiados por la situación que vivimos. Sabemos que en el gobierno no hay disposición alguna de abordar y resolver los problemas porque la única aspiración de Maduro y del PSUV es mantenerse en el poder aunque no tengan apoyo popular. Mientras este problema político se resuelve, a los ciudadanos nos corresponde hacer lo que podamos para darnos la calidad de vida que aspiramos. Por esa razón y para empezar por algo, proponemos la creación de los Comités Vecinales de Denuncias.
@JuanPGuanipa