En refugios se han convertido los espacios públicos del casco central de Maiquetía, sobre todo las plazas Lourdes y Los Maestros, donde se contabilizan más de 10 indigentes que pernoctan en horas de la noche. Durante el día hurgan entre los contenedores de basura más cercanos para conseguir un poco de comida.
Luisana Brito / La Verdad de Vargas
Lugareños y comerciantes denuncian la falta de vigilancia en los referidos lugares, ya que en oportunidades les han llamado la atención por hacer sus necesidades fisiológicas sobre las banquetas. Ellos se tornan agresivos y hieren con piedras y palos a quien se les cruce en el camino.
“Cada día hay más personas en situación de calle y lo peor es que son jóvenes que no pasan de 30 años. Es lamentable esta situación porque si ese es el camino que llevamos, no me quiero imaginar cómo será más adelante”, expresa Gregorio Marcano, quien se encontraba en la plaza El Cónsul.
Considera que la economía actual, los problemas familiares no superados, alcoholismo, drogadicción y la falta de atención por parte de los entes públicos son algunas de las razones por lo que la indigencia se ha masificado. Opina que es necesario crear programas para su recuperación.
“El estado debería continuar con las jornadas que se hacían antes. Bomberos y Protección Civil los reunían a todos y los bañaban, afeitaban, les daban ropa usada en buenas condiciones y comida, porque esos seres pasaban mucho trabajo”.
Para Alfredo Rodríguez es necesario crear un mecanismo que permita reclutarlos. “Cada día aumenta la cantidad de personas en situación de calle y eso da tristeza. Antes se podía pasar un rato tranquilo y conversar con los amigos en las plazas, pero los banquitos siempre están llenos de basura y excremento”.
Eliminan comedores públicos
Contenedores de basura ubicados en Maiquetía son frecuentados por indigentes que buscan desperdicios de los restaurantes y desechos de legumbres, frutas y charcuterías que sacan del Mercado Municipal.
Manuel Santana sostiene que los comedores populares han ido desapareciendo, eliminando cualquier posibilidad de llevarse un bocado digno a la boca. Hace referencia al centro de atención ubicado en El Brillante, el cual hace dos años dejó de funcionar.
“Ese era un beneficio para las personas que permanecían en las calles pasando trabajo. Ahora se ven niños, jóvenes, adultos y ancianos metidos en los basureros buscando alimentos. Es inhumano y el Gobierno debe tomar medidas antes de que este problema crezca”, manifiesta Santana