Ni las “mexiclaps”, ni la fallida venta de comida por el número de cédula o la huella dactilar, o el más reciente invento: el “carnet de la Patria”, han calmado el hambre de los venezolanos. La crisis alimentaria en Venezuela se agrava con el paso de los días y millones de ciudadanos conocen hoy, en “revolución” lo que significa dejar de comer.
Por lapatilla.com
Los adultos hablan y hasta bromean con la llamada “dieta de Maduro”, pero el resultado de un estudio de Cáritas Venezuela, con la colaboración de Cáritas Francia, la Comisión Europea y la Confederación Suiza, demuestra que el hambre afecta a los venezolanos incluso antes de nacer.
Y es que resulta alarmante que ni contando con el beneficio de la lactancia materna se escapen del riesgo de desnutrición los menores de 2 años, y lo peor aún es que la cifra de bebés (menores de 6 meses) con desnutrición aguda duplica la registrada en mayores de dos años, según el estudio.
Estos casos se dan debido a la privación de ciertos alimentos a la que fueron sometidas las madres durante el período de gestación, por la alta escasez de comida y la galopante inflación en Venezuela.
El acceso a los alimentos se ha visto afectado por un desabastecimiento cercano al 40%, a esto se suma el control de los alimentos subsidiados por el Estado, que ha generado un debilitamiento de los lugares habituales de compra de alimentos y una consolidación de un mercado negro y tráfico de alimentos que se intensifica cada vez más.
Déficit de recursos
En tal sentido, el acceso a una canasta básica reducida de alimentos a precios de producto importado o en el mercado negro de alimentos, que supera en un 900-1000% el precio subsidiado, ha llevado a que 25% (202 casos) evaluados en parroquias de los estados Miranda, Vargas, Zulia y Distrito Capital, presenten desnutrición aguda, frente a un 28% que están en riesgo de ser diagnosticados con desnutrición.
El informe presentado, denominado “Línea Basal del Monitoreo Centinela de la Situación Nutricional en Niñas y Niños Menores de 5 años”, refleja que el estado Vargas se presenta como el estado con mayor número de niños desnutridos, pero las formas más severas de desnutrición se presentan más en Zulia y el Distrito Capital; y que los índices monitoreados no solo muestran desnutrición aguda, sino que también desnutrición crónica que aparece después de retardo de crecimiento acumulado.
Irreversible
Vale destacar que la desnutrición, a este nivel de intensidad y entre niñas y niños pequeños, los predispone irreversiblemente a las enfermedades prevalecientes de la infancia, así como retardo de crecimiento y rezago escolar en el corto plazo, y social, productivo y psico-afectivo en el mediano plazo, al tiempo que produce también destitución y fragmentación familiar y, a nivel de la sociedad, tensión social y violencia.
En tanto, lo agudo de la situación nutricional encontrada y el grupo de edad más afectado exigen una respuesta urgente, advierte el estudio. La cual no sólo debe basarse inicialmente en una respuesta de carácter terapéutico (esquemas de alimentación terapéutica para la recuperación de los niños), sino que también debe ser preventiva y de mitigación de los daños que se sigan generando mientras no se resuelva la crisis alimentaria de país, como lo son el uso de los suplementos nutricionales.
Crisis alimentaria
Entre las conclusiones, el estudio indica que la evaluación de la diversidad de la dieta familiar refleja una alimentación de muy mala calidad, con déficit de alimentos fuente de nutrientes críticos, que puede estar determinado un riesgo aumentado de anemia y de mayor morbi-mortalidad infantil.
Se están registrando estrategias de sobrevivencia “inseguras e irreversibles” desde el punto de vista económico, social y bilógico, siendo especialmente preocupantes el consumo de alimentos rebuscados en las calles, la mendicidad, la liquidación de recursos productivos de los que depende la seguridad económica y alimentaria en el corto y mediano y plazo y el desmembramiento de la cohesión familiar por razones alimentarias.
Estas estrategias amortiguan precariamente el déficit de alimentación, en detrimento de otras necesidades económicas, sanitarias y psicoafectivas de las familias.
Mientras, que el registro de tales estrategias confirman por último la consolidación de un mercado negro de alimentos que no puede garantizar a la población la cantidad, calidad y seguridad de alimentos necesarios, y cuya recurrencia como fuente de abastecimiento implica para las familias una inversión irrecuperable de tiempo y carga física, psicológica y social.
En gráficos
A continuación podrá conocer la graficación del estudio de Cáritas de Venezuela, para conocer con detalles las situaciones observadas:
-Desnutrición aguda
“Es alarmante la baja proporción de hogares que reporta incluir en su alimentación fuentes de proteína de alto valor biológico, de hierro y de vitamina A. Incluso las proteínas que en períodos recientes eran de más fácil acceso económico, como los granos y el pescado, ya aparecen consumidos por una muy baja frecuencia de hogares. Esto puede estar determinando un riesgo aumentado de anemia y de mayor mortalidad infantil”, expresa el texto.
Considerando toda el área estudiada en conjunto (4 estados), la prevalencia demuestra que la desnutrición aguda en niñas y niños menores 5 años se registra en 8.9%.
La prevalencia de desnutrición es mayor en niños que en niñas menores de 5 años.
El análisis por Estado indica que el que presenta mayor número de niños desnutridos es Vargas, sin embargo, la forma más severa de desnutrición se presenta en mayor prevalencia en Zulia y el Dtto. Capital.
El análisis por grupo de edad indica que los niños menores de 2 años son el grupo de edad más afectado.
“Las altas prevalencias de desnutrición crónica, en simultáneo con el incremento de la desnutrición aguda, hacen presumir que estamos frente a una crisis de instalación lenta con una reagudización intensa en los últimos dos años, siendo los niños menores de 2 años los más afectados”, advierte Cáritas.
-Desnutrición crónica
La prevalencia de desnutrición crónica en niños menores de 5 años se registra en 18.4%.
A diferencia que la desnutrición aguda, la prevalencia de desnutrición crónica es levemente mayor en niñas que en niños.
El análisis por estado indica que el estado con la mayor prevalencia de desnutrición crónica y severa es Zulia.
El análisis por grupo de edad indica que los niños menores de 2 años son el grupo de edad más afectado.
El análisis por entidad federal muestra que los estados con la diversidad de dieta más deficiente fueron Zulia y Vargas.
Al analizar el patrón de grupos de alimentos se evidencia que alimentos como las carnes, pescados, huevos, granos, vegetales y frutas, están siendo consumidos todos por menos del 50% de los hogares.
Estrategias de sobrevivencia registradas y la frecuencia de hogares que están recurriendo a ellas.
Los registros sobre afecciones que han afectado a niños muestran una alta proporción de problemas relacionados con falta de cuidados primarios mínimos y fallas de higiene, acceso a agua segura y saneamiento ambiental (afecciones respiratorias, gastrointestinales y de la piel).
En el caso de adultos los testimonios reflejan las mismas deficiencias primarias que para los niños, a las que se sobreañaden los testimonios de afecciones crónicas mal manejadas.
El estudio
Los invitamos a leer el estudio completo de Cáritas de Venezuela, denominado “Línea Basal del Monitoreo Centinela de la Situación Nutricional en Niñas y Niños Menores de 5 años”, realizado entre octubre-diciembre de 2016, con los aportes de la directora de la organización Janeth Márquez, y la asesora de nutrición, Susana Raffalli.
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