Las autoridades de conservación de Nueva Zelanda dijeron que 240 ballenas piloto que quedaron varadas durante la noche en una remota bahía volvieron a flotar el domingo y nadaban en alta mar.
Reuters
“Teníamos 240 ballenas ayer por la tarde y temíamos que termináramos con 240 ballenas muertas esta mañana”, dijo Herb Christophers, portavoz del Departamento de Conservación.
“Pero se rescataron a sí mismas. En otras palabras, la marea entró y pudieron volver a flotar y nadar hacia el mar.”
Se trataba del segundo gran grupo de cetáceos que encalló en los últimos días en Golden Bay, en el extremo noroeste de la isla sur del país, en uno de los peores varamientos masivos registrados en Nueva Zelanda.
El jueves por la noche, un trabajador de conservación descubrió que unas 400 ballenas habían encallado. Cientos de voluntarios pasaron días derramando agua sobre las ballenas varadas para tratar de mantenerlas frescas, mientras esperaban a que llegaran mareas altas para devolverlas al mar.
Pero la mayoría de las ballenas de ese grupo murieron. Los funcionarios pronto tendrán que empezar a retirar los cuerpos, dijo Christophers.
Los encallamientos han sido los más grandes de Nueva Zelanda en décadas.
Se desconocía la causa exacta, aunque el varamiento de ballenas no es infrecuente en la bahía.
Sus someras aguas fangosas confunden el sónar de los mamíferos marinos, dejándolos vulnerables a las mareas bajas, según la organización de medioambiente marino Project Jonah.
Las ballenas piloto no figuran entre las especies en peligro de extinción, pero se sabe poco sobre su población en las aguas de Nueva Zelanda.