En 2013, 73% de los jóvenes venezolanos no tenía expectativas de emigrar, de acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Juventud de ese año, realizada por el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (IIES) de la Universidad Católica Andrés Bello. Se señalaba además que 42% deseaba irse del país para mejorar económicamente y 32% para cursar estudios, publica El Nacional.
OLGALINDA PIMENTEL / ISAYEN HERRERA
Tres años más tarde las expectativas juveniles han cambiado drásticamente y las razones para irse del país son ahora más.
Un estudio del Departamento de Migraciones de la Universidad Simón Bolívar en 2016 señala que 88% de los jóvenes tiene intenciones de emigrar. “Me quiero ir” o “si puedo irme me voy” fueron las respuestas comunes de estos muchachos egresados de cuatro grandes áreas de estudios (Ciencias de la Salud, Ciencias Sociales, Ingeniería Eléctrica y Ciencias Básicas) de las universidades Central de Venezuela, Católica Andrés Bello, Monteávila y Simón Bolívar, de Caracas.
El objetivo del joven es tratar de ejercer su profesión o hacer un posgrado a través de becas. Canadá tiene más de 15.000 becarios venezolanos y no regresarán, dijo el profesor Iván de la Vega, quien dirigió la investigación del Laboratorio Internacional de Migraciones. “La intención de migrar significa que algo muy grave está pasando en una sociedad”. Precisó que en términos generales la emigración en el siglo XXI se ha ido modificando. “Del patrón migratorio de 2010 que era calificado, ahora emigra todo tipo de venezolanos, y prefieren irse de cualquier modo antes que padecer la inseguridad y la escasez. Se están yendo a Guyana, Trinidad y Tobago, algo nunca visto”.
En Caracas los adultos están superando en número a los jóvenes porque estos se van al exterior, indicó el profesor Carlos Pino, coordinador de un equipo de estudiantes de sociología cuya tesis de grado, presentada en 2016, planteó que Venezuela se quedaba sin jóvenes. “Estos emigran del país por la crisis económica y por las muertes prematuras en hechos asociados a la violencia”.
El año pasado 9.113 jóvenes con edades de entre 15 y 20 años, es decir, 32% del total de 21.643 personas con menos de 35 años, y 11.676 con edades entre 21 y 35 (41%) murieron por la violencia. Fueron 27 cada día del año. De ellos, 854 tenían menos de 15 años, esto significa 2 menores de 15 años asesinados cada día, de acuerdo con el estudio Las muertes violentas de la juventud, del Observatorio Venezolano de Violencia.
“Los jóvenes de Venezuela no están muriendo por la independencia de la patria, como ocurrió en esa batalla de La Victoria el 12 de febrero de 1814, sino en las calles y en el transporte público, víctimas del delito y la desprotección. Cada semana en Venezuela mueren más jóvenes víctimas de la violencia que los que fallecieron en la batalla que hoy se conmemora”, señala el OVV.
Cerca de 9 de cada 10 víctimas son varones. Son también pobres y muchos dejan a sus hijos huérfanos. Pero también 72% de los victimarios tiene menos de 35 años y casi la mitad tiene entre 20 y 24 años de edad. “Las dos grandes fuentes de integración a la sociedad, la educación y el trabajo, se han visto debilitadas como mecanismos de esperanza en el futuro”, dice el informe y destaca la brecha entre lo que el joven quiere y lo que puede alcanzar en un país en crisis. “Aunque la mayoría de los jóvenes persiste en el estudio y el trabajo honrado, a unos los tienta ingresar al mundo del delito y a otros abandonar el país”, indica la OVV que exige políticas y programas públicos que reconozcan a los jóvenes como sujetos de derechos y agentes fundamentales del desarrollo.