Nos encontramos frente a un gobierno con su estructura irremediablemente desmoronada que busca sostenerse sobre ruinas. Al fallecer el líder, al tener un ejército corrompido, los Poderes comprados y con un pueblo desilusionado y hambriento, se vale de las necesidades de la mayoría para pretender tenerlos a sus pies.
Actualmente un país con la peor economía mundial, busca mantener la esperanza a través del soborno con un Carnet de la Patria, que no es más que un registro bajo el engaño de paliar el hambre.
Desde los inicios de esta “revolución” nos percatamos que el único fin del gobierno era tener el control total y absoluto de la gente, de los poderes y de las riquezas del país; nuestro objetivo ha sido salir del gobierno a través de la vía constitucional para devolverle a libertad y autonomía a Venezuela.
En Unidad Visión Venezuela insistimos que no es momento para contradicciones dentro de la cúpula opositora. Estamos mal y podríamos estar peor, si continuamos respondiendo a las estrategias del gobierno, que nos conduzcan a la autoliquidación.
La sociedad nos ha acompañado en nuestras luchas a lo largo de estos años donde la finalidad ha sido el rescate del país. Ahora en el 2017, luego de claudicar el año pasado, el G7 plantea girar la estrategia de un objetivo nacional a uno regional, el cual debió realizarse en el 2016, y frente a lo cual no hubo estrategia alguna para que se produjeran en el tiempo constitucional establecido.
Este cambio de planes tiene una variable fundamental que el ciudadano no acompaña, se trata de la suicida estrategia de concentrarnos únicamente en las regionales, dejando tranquilo al gobierno y al usurpador colombiano Nicolás, con lo que le estarían brindando estabilidad para que continúen imponiendo su modelo comunista.
Ha sido un error no enmendado a tiempo, que conduce a más errores, cercando cada vez más la democracia y las libertades de los venezolanos.
Este gobierno en su afán por mantener el control y la hegemonía nos llevó a participar electoralmente con la tarjeta única, conscientes que esto nos llevaría a tener que relegitimar los partidos.
Ante todo esto, es momento que aun cuando somos una mayoría abrumadora, ¿vamos a caer en el juego de la supervivencia partidista?
Entre las contradicciones que tenemos, el Secretario Ejecutivo de la MUD dice: “que no habrá cambio sin la calle activada”, aquí viene la otra pregunta para Chuo y los 4 fantásticos: ¿Quiénes fueron los que desactivaron la calle en septiembre de 2016 dando paso a un diálogo que a todas luces era un señuelo?
No pueden seguir declarando acciones que no se ven respaldadas por actuaciones y manifestándose en función de un “cambio”, pero inmersos en la estrategia del gobierno, donde se han visto en la necesidad de desvirtuar ciegamente los objetivos, y por ello ahora son víctimas de sus decisiones.
Para reanimar la calle hay que poner por encima de los intereses particulares y partidistas, el cambio y la salida del régimen nuevamente como el objetivo central. Luego de lo ocurrido, hay que cambiarlo todo, ya que este gobierno, haga lo que haga no garantiza acabar con la escasez, el desabastecimiento, la inseguridad. En fin no garantizan nada, por ser un gobierno inepto y corrupto.
Por ello, insistimos en la Constituyente originaria, civil y autotutelada. Fórmula constitucional -en la que no tengo duda- será apoyada por el 90% de los venezolanos que hoy rechazan a Maduro y su gobierno. Nuestra propuesta, es pedir una firma por Venezuela, para salvar la República, a la democracia en general y con ella a sus instituciones.
No podemos seguir en el mismo error de subestimar al régimen, por eso no se puede seguir ignorando mecanismo constitucionales; es urgente una unidad alrededor de un solo objetivo, parece imposible, pero sino no vamos a poder lograr el cambio.
Es hora de debatir, consensuar, diseñar e impulsar nuestras propias y originales estrategias. Nuestros ciudadanos no resisten más y es nuestra responsabilidad es actuar con eficacia política.