Domingo Alberto Rangel: Los partidos de maletín chillan…

Domingo Alberto Rangel: Los partidos de maletín chillan…

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De doña Tibisay, tras una década al mando del CNE manda la ley. Eso lo saben hasta los gatos.





Sin embargo y vayan los lectores a saber por cual razón, repentinamente la Presidenta del Poder Electoral decide poner en orden las nóminas de militantes partidistas y enseguida la politiquería y los aliados mediáticos comienzan a chillar cual marranos rumbo al matadero.

Para la gente común, cuya vida está asolada por el empobrecimiento rayano en miseria, que hoy día caracteriza la vida del venezolano común, el que no está enchufado con alguna nómina pública, este tema de regularizar las nóminas partidistas, a tenor de una ley vigente, es un asunto tan arcano como lo pueden ser las hermanitas Kardashian para el Dalay Lama.

Sin embargo es importante porque de allí parten muchas de nuestras miserias… Sí los futuros gobernantes desde el inicio de sus carreras políticas trampean la inscripción de sus partidos ante el ente electoral… ¿acaso no van a comportarse como ejército de ocupación que roba, viola y hace lo que le da la gana

El asunto es sencillo: La señora Lucena que después de hacer y deshacer en el CNE ahora quiere presentarse como la más fiel seguidora del mandato legal, después de todo se basa en la letra de una ley vigente y la aplica. Los partidos están obligados a demostrar que no son entidades “de maletín” como en el argot popular se conocen las entidades políticas que solo existen en la imaginación de los cuatro gatos que las presentan en los registros civiles… o ante la señora Lucena que exige cinco.

Los marranos chillan porque se presume que ahora estos inexistentes partidos no se podrán “ayudar unos con otros” y supuestamente eso agrede el derecho a asociarse que es constitucional: Sobre los derechos constitucionales sin ningún límite… como el de asociación… recalco que también un “pran” podrá alegar que él y sus “luceros” lo ejercen y se asocian… para delinquir.

Pero, sucede que la lógica bate todos los argumentos de la politiquería electoral: ¿Es acaso sano, serio o decente que una persona a la vez aparezca inscrita en las nóminas adecas, comunistas, justicieras, chavistas y hasta de un partidito que una vez promovió Enrique Mendoza bajo el esotérico nombre de “TRABUCO MIRANDINO”?

Es obvio que no, pero de eso se trata: ¡A mi modesto entender si el CNE donde la corrupción mora a su gusto, permite o tolera que se inscriban partidos de maletín, situación ilegal, entonces nuestra sociedad no tendrá derecho a protestar cuando un bichito electo concejal, alcalde o gobernador –más arriba es imposible- bajo la farsa del bochinche disfrazado de democracia… se roba hasta las aldabas del despacho!

La ley actual en condiciones extremas permite un máximo de 100 partidos, lo que sería un exabrupto. Eso es más que suficiente y no es abusivo exigir que un partido para que lo tomen en cuenta tenga al menos el 0,5 % de la población inscrita, como militantes.

El problema estriba en el abuso y la corrupción que desde siempre ha corroído a este CNE y al anterior CSE también.

Y soluciones las hay, incluso una que proponemos los libertarios de la resistencia civilizada:
· Que en las elecciones el CNE permita que participen todos los candidatos que aspiren a determinado cargo. Y que estos propongan sus nombres bajo los lemas partidistas que se les ocurra, incluso el fantomático TRABUCO de Mendoza.
· Que no se gaste dinero innecesariamente en personal ni capta huellas –se supone que merced al socialismo estatista, centralista y militarista ahora somos muy pobres y debemos ahorrar- pero que a los candidatos que no saquen en la elección al menos el 0,5 % de los votos… se les cobre una fianza de fiel cumplimiento por los gastos ocasionados.
· Como esta fianza cuesta, se supone que o el candidato la sufraga de su peculio… o sus amigos y partidarios hacen una colecta para cumplir con esta condición…

El primer engañado al que le ejecuten esta fianza servirá de lección colectiva… y en adelante solo se inscribirán para una elección quienes realmente tengan un mínimo apoyo del 0,5 % del electorado.

Lo que si debería reclamar don Chúo, por el contrario a la boberías que le hemos escuchado en estos días y respecto a este tema, como representante de los partidos afiliado a la Mud, son los pocos días que doña Tibisay ofrece para recoger firmas de militantes, los pocos centros activados y que el CNE haya esperado tanto tiempo para hacer cumplir una ley… pero ya sabemos que en la oposición de la Mud están registrados una veintena o treintena de “partidos”… “de maletín” la mayoría… tan inexistentes o vaporosos que recitar sus nombres es labor muy difícil… tanto que Eladio Lárez debería considerarla como pregunta para su concurso millonario.