“A plena luz del día, se cerró aquella ventana que iluminaba y dejaba entrar la realidad.”
Cuando el gobierno cierra un canal de televisión, para intentar callar la verdad, se me viene el recuerdo de cuando era niño e intentaba detener el flujo del agua con la mano, al final, la presión la hacía desbordar. ¿De qué sirve cerrar un canal de televisión cuando, al abrir la puerta y salir a la calle, podemos convertirnos en desafortunadas víctimas de un terrible hecho noticioso?.
Aunque cierren CNN y todos los canales de noticias, para vendernos sus mentiras a través de la televisión, la realidad nos espera fuera de casa y seguirá siendo producto del profundo descontento que camina entre los venezolanos. No importan cuántas ventanas se cierren, porque la puerta hacia la realidad seguirá abierta, recordándonos que, en cualquier momento, podemos ser protagonistas de una trágica noticia.
Día a día, al salir a la calle, pasamos a ser potenciales “fichas desechables”. Cada vez son más, los que no vuelven a abrir la puerta por la que salen. Así es como, cada mañana, pasamos a ser tristes y magullados protagonistas de la historia dantesca en la cual sobrevivimos y, en un entorno que, para el resto del mundo, solo existe en las distopías.
A medida que pasan los meses, el hilo de la libertad se va haciendo más fino y aún, no tenemos clara cuál es la salida democrática. Pero, hay algo que corre y se extiende lentamente entre la población: el descontento y la sed de libertad. Los periodistas no dejarán de luchar hasta escribir una eufórica nota de prensa, que anuncie el comienzo de una “nueva realidad”, el final de un trágico y oscuro período político y el inicio de la verdadera Era de la Libertad…