El gobierno de Venezuela se ufana en decir que en nuestro país existe plena libertad de expresión, incluso esgrimen que “aquí cada quien dice lo que quiere”. Sin embargo, la realidad contrasta mucho con el discurso oficial y demuestra un ensañamiento contra el libre pensamiento.
El cierre de RCTV en mayo de 2007 dio apertura a un nutrido expediente que demuestra las decenas de ataques contra la libertad de expresión en el país. El irrespeto a nuestra Constitución y el carácter autoritario del gobierno actual son muestra de ello. Vale la pena destacar que solo durante el año 2016 el informe anual de ESPACIO PUBLICO registró 366 casos de violación a la libertad de expresión en Venezuela.
Una muestra sobresaliente del ataque a los medios de comunicación se registró el pasado 15 de febrero cuando fue suspendida la señal de CNN en español de las cableras venezolanas por orden del Presidente Nicolás Maduro, tras alegar que la televisora difundía propaganda de guerra en su contra.
Lo cierto es que CNN más que atentar en contra de los venezolanos, ha mostrado la realidad de la crisis política y social que nos aqueja, es decir; su señal salió del aire por investigar temas que la tiranía quiere silenciar a pesar de la gravedad de los hechos. Prefieren alegar un “ataque imperial” a iniciar la pesquisa que aclare el panorama.
Si bien es cierto, no solo el cierre de medios televisivos forma parte de los ataques a la libre expresión. También el cierre de innumerables emisoras, el saboteo a portales web de información e inclusive la persecución y amedrentamiento de periodistas nacionales e internacionales dentro de nuestras fronteras enmarcan la censura por parte del Gobierno venezolano.
Hoy por hoy, de este lado, luchamos por encausar a Venezuela hacia la democracia, por hacer que nuestra Constitución sea la guía y rectora de nuestro Estado y las instituciones que lo componen. Queremos que prevalezca en nuestra Nación el respeto a los DDHH, se restituya la libertad de expresión y vuelvan a nuestras pantallas y radios los medios que fueron censurados, queremos que nuestra crítica de las acciones gubernamentales mantenga a los funcionarios públicos preocupados porque su gestión y su funcionamiento estén en armonía con un Estado de derecho.
Esta lucha tendrá éxito y saldrán a la luz los cuantiosos casos de abusos, corrupción y crímenes que el gobierno ha querido esconder bajo la sombra de la censura.