Las muertes confirmadas por fiebre amarilla aumentaron a 101 en Brasil a raíz de un brote de esta enfermedad surgido a principios de este año que ya supera los 1.200 casos, informaron hoy fuentes oficiales.
EFE
La región sureste del país es donde más muertos se han registrado por fiebre amarilla, lo que ha obligado a las autoridades sanitarias a activar las alertas y reforzar las campañas de vacunación ante la imposibilidad de controlar su propagación.
El estado de Minas Gerais, el segundo más poblado del país, es el más afectado al registrar 84 de los fallecimientos, por los 14 de Espíritu Santo y los tres de Sao Paulo, estados todo ellos en el sureste de Brasil, según el más reciente boletín divulgado este miércoles por el Ministerio de Salud.
Por otro lado, las autoridades investigan otros 109 óbitos distribuidos entre Minas Gerais (92), Espíritu Santo (13) y los estados de Bahía, Tocantins, Sao Paulo y Río Grande do Norte, con una muerte cada uno.
Estos casos aún no están confirmados porque, pese a contar con el resultado positivo del laboratorio por fiebre amarilla, necesitan todavía ser contrastados con el historial clínico de cada uno de los pacientes.
Desde que comenzó el año, el Ministerio de Salud ha enviado cerca de 13,9 millones de vacunas para las entidades federativas afectadas y otras en riesgo, como Río de Janeiro.
En cuanto a los casos registrados, las cifras siguen aumentando y, según datos oficiales del Ministerio de Salud, ya son 1.212, de los cuales 920 están siendo investigados y 292 ya han sido validados por los servicios médicos.
De nuevo, Minas Gerais es el más golpeado por el brote con 246 casos confirmados, seguido de Espíritu Santo (42) y Sao Paulo (4).
Los expertos distinguen dos tipos de fiebre amarilla que se diferencian por el mosquito transmisor: la silvestre -transmitida por el “Haemagogus” y el “Sabethes”, que ataca principalmente a los monos- y la urbana, que transmite el “Aedes aegypti”, el vector del dengue, el zika y el chikunguña.
Según datos oficiales, los casos más recientes de fiebre amarilla urbana en ciudades brasileñas se registraron en 1942, en el estado de Acre.
El brote de Minas Gerais estuvo precedido de la muerte de decenas de macacos contaminados con la enfermedad, un fenómeno que encendió la alarma de los especialistas y que se ha repetido también en Espírito Santo y Sao Paulo.