El nuevo sistema estelar denominado Trappist-1 es extraordinariamente compacto y ordenado. Sus planetas están en un mismo plano, como sucede en el Sistema Solar, reseña La Capital.
Un sistema muy apretado. Los planetas giran en órbitas muy apretadas alrededor de su sol, tan apretada que el sistema entero apenas mide más que la distancia entre el Sol y Mercurio. Eso es necesario para conservar el calor, dada la debilidad de la luz de la estrella, pero también los pone en peligro: las erupciones solares podrían dañar sus atmósferas, si las tuvieran; la radiación podría atentar contra la vida.
Día y noche. De una cara es de día, de otra cara es de noche. Por esa proximidad entre los planetas y entre ellos y la estrella, los astrónomos creen que completan sus órbitas en una sola rotación sobre su eje, como la Luna con respecto a la Tierra. Es decir que siempre muestran una misma cara hacia Trappist-1, que constantemente recibe el calor de la estrella, mientras que la otra vive en la oscuridad perpetua. Eso podría marcar diferencias de temperatura capaces de generar vientos fortísimos, o que la mitad de cada planeta arda mientras la otra mitad se congela.
La estrella es débil. Trappist-1 es una estrella enana ultrafría, diez veces más pequeña y 2,5 veces más fría que el Sol. A tal punto es diferente que resulta más comparable con un planeta como Júpiter que con una estrella como el Sol. Eso implica que aunque los planetas tengan similitudes con la Tierra, el sistema es muy distinto. Resulta difícil especular sobre la probabilidad de vida allí.
“Hay otros mundos ahí fuera, como la Tierra, que tienen algunas cosas en común y que podemos imaginarnos”, dijo el integrante de la NASA Thomas Zurbuchen. “La pregunta ‘¿Estamos solos ahí fuera?’ se está respondiendo ahora mismo”.
TRAPPIST-1 "provides humanity w/ its first opportunities at discovering evidence of biology beyond the Solar system"https://t.co/iav8Z6jMUY pic.twitter.com/IiDr777SmJ
— Eric Holthaus (@EricHolthaus) 22 de febrero de 2017