Para una británica de 30 años su manera de drenar el estrés es amputándose cualquier parte de su cuerpo.
Torz Reynolds, decidió cortarse el dedo meñique porque “le apetecía y le parecía que quedaba bien”.
Tras la amputación, publicó las fotografías en sus redes sociales en donde en efecto recibió numerosas críticas en las que tildaban su decisión como “loca” y “estúpida”.
Ella, como respuesta a estos comentarios, explicó que realiza “estas cosas por mí misma, no le hace daño a nadie y eligió enseñarlo en Facebook porque quiere compartirlo con sus amigos”.
Sin embargo, esta no es la primera vez que Reynolds se lesiona: en 2014, cuando descubrió la infidelidad de su novio, se cortó el antebrazo para quitarse el tatuaje que llevaba con el nombre de su pareja.
“Tras una hora y media de mutilación, decidí mandárselo por correo en un frasco, para borrar completamente su infidelidad (…) No puedo imaginar cuál fue su reacción (…) Ojalá hubiera estado allí para verla”, dijo.