Annie, de 99 años, quería que la arrestaran antes de morir, y los policías locales no tuvieron problema en ayudarla, reseña Bored Panda.
Según declaraciones oficiales de la comisaría de Nijmegen-Zuid, se “permitió brevemente” a Annie que se sentara en una celda con unas esposas puestas después de que unos policías la recogieran en su casa.
Normalmente no se admiten en la cárcel a ciudadanos que no han cometido ningún crimen, pero se hizo una rara excepción para Annie. La alegría en su cara resume la experiencia perfectamente.