La Gran Misión Justicia Socialista que recién creó el Gobierno es un nuevo mecanismo para intentar someter a la población a control político con fines electorales, aseguró Luis Salamanca, abogado y doctor en Ciencia Política.
“Siempre ha habido un interés electoral de trasfondo. Todos los mecanismos de organización popular o social que el chavismo ha creado – círculos bolivarianos, comités de tierras urbanas, consejos comunales, etcétera – han tenido un papel electoral que cumplir”, advirtió el analista en declaraciones a Prensa Unidad Venezuela.
El académico refirió que, en este sentido, la nueva misión no difiere, en cuanto a objetivos y formas de actuar, de los Comité Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) o del “carnet de la patria”, mecanismos creados para supuestamente resolver el problema de escasez de alimentos que existe en el país. “Todos apuntan a la misma cosa: a movilizar políticamente a los votantes en un momento electoral. Pero también tienen otro propósito, que es encapsular a la gente en una figura y mantenerlas organizadas dentro de esa figura”, señaló.
Todos estos mecanismos han tenido en común el hecho de que nacieron con la excusa de dar respuesta a necesidades reales de la población, pero en realidad han sido usados como pretextos para introducir el sesgo político. “Aprovechando los problemas que hay en las comunidades, el Estado se moviliza, pero junto con el Estado va el partido, van los activistas, y entonces cualquier resolución de un problema lleva una calculadora que sirve para poner un haber a favor del Gobierno”, indicó.
Como ejemplo recordó que los Comité de Tierras Urbanas fueron creados por el fallecido presidente Hugo Chávez en el año 2002. “Esos comités estuvieron precedidos por experiencias de gente en las comunidades que luchaba, desde hacía mucho tiempo, por los títulos de propiedad de las tierras”.
Aunque fue Chávez quién planteó la iniciativa de la misión justicia socialista en 2010, año a partir del cual comenzaron a darse pasos hacia su funcionamiento, fue Nicolás Maduro quien le dio forma legal con el decreto 2.718 publicado en la Gaceta Oficial No. 41.090 del 7 de febrero pasado, anunciado durante el acto de inicio del Año Judicial 2017.
Según se indicó en dicho acto, el objetivo de la nueva misión es el de conjugar una alianza entre los poderes Judicial, Ciudadano y Ejecutivo para garantizar “la paz y seguridad social”, la cual será dirigida por un Órgano Superior cuyo coordinador es el vicepresidente de la República, Tareck El Aisami.
“La Gran Misión Justicia Socialista es una política criminal que atiende todos los vértices desde el campo preventivo, anticipativo, alertas tempranas, hasta la acción reactiva para neutralizar cualquier amenaza y el orden de la seguridad pública”, dijo El Aissami, citado en un despacho del 12 de febrero pasado de la agencia oficial de noticias AVN.
La Justicia en el limbo
Salamanca refirió que otro de los supuestos propósitos de la misión justicia socialista será la de descongestionar los tribunales. Al respecto recordó que, en una oportunidad, el ex Fiscal General Isaías Rodríguez señaló que en el país había 19 millones de causas sin decisión judicial. “La característica general de todos los procesos judiciales en Venezuela, en cualquier materia que sea, es la lentitud”, apuntó el académico.
Aunque aún no está claro cómo va a funcionar este nuevo sistema de administración de justicia, Salamanca admitió que es necesario resolver la grave situación de los tribunales. “El problema es que esta gente vincula siempre todo con el elemento ideológico y político, con el propósito, según ellos, de avanzar en el proceso revolucionario. ¿Y qué significa ese avance? Para ellos es, simplemente, tener el control de la población”, insistió.
“Esta misión de justicia socialista tiene el mismo perfil. Pretende, a través de los problemas que puede tener la población en el ámbito de la justicia, introducirse en la vida de las comunidades. Por esa vía mucha gente se va a querer anotar para buscar resolver los problemas que tenga en esa materia. Pero lo que va a pasar es que será metida en un mecanismo político, es decir, se le instrumentalizará desde el punto de vista político, y después se le llamará para que vaya a votar”, advirtió.
“Pero es precisamente allí donde estos mecanismos pierden el sentido, ya que la gente, al darse cuenta de que está siendo utilizada para propósitos políticos y electorales, se aleja”, acotó.
“Siempre ha sido así. Esa es mi respuesta al porqué hay tantas figuras asociativas sin que alguna haya dado resultado, ni siquiera electoralmente, porque si hubieran servido no habrían perdido la Asamblea Nacional”, en los comicios de diciembre de 2015, prosiguió.
Otro elemento que destacó el analista es que “por suerte para el país, esta gente es muy ineficiente y muy torpe, y por eso al final estos mecanismos terminan desapareciendo, lo que obliga al Gobierno a tener que estar inventando siempre unos nuevos”, aseguró.
“La experiencia previa indica que de todos los tipos de organización que han probado o utilizado los chavistas, desde los círculos bolivarianos para acá, ninguno ha prosperado realmente. O pierden importancia o quedan en una zona falla, donde uno no ve que cuaje algo”, concluyó.
Nota de prensa