Cuando analizamos las razones de nuestro empobrecimiento, estas comprometen la política monetaria del Banco Central que ha emitido dinero inorgánico vía pagares a Pdvsa por billones de bolívares (un millón de millones Bs), como mecanismo para darle al tesoro público todos los bolívares necesarios para cubrir el expansivo gasto público, así como las incalculables perdidas de las empresas del estado, principalmente las dependientes de la petrolera estatal.
Nota de prensa
Hoy somos el país del mundo con la mayor inflación. Es importante destacar que la casi totalidad de las naciones tienen inflación de un dígito, lo cual demuestra que los gobiernos de todo el mundo sean monárquicos, parlamentarios, socialistas, o presidenciales, hacen el mayor esfuerzo en controlar este impuesto perverso como medio para sostener el poder adquisitivo de sus ciudadanos y su capacidad de consumo.
En Venezuela ocurre lo contrario: al Gobierno sostener la inflación como mecanismo para sustentar su exorbitante gasto público financiado por la emisión de dinero inorgánico, nos hace cada día más pobres. Los venezolanos perdemos nuestra capacidad adquisitiva y los ingresos familiares que recibimos son reducidos. Así lo podemos observar al ver como los precios de todos los productos y mercancías que consumimos suben semana a semana y hasta diario.
Esto se agrava aún más al permitirse una dolarización de los productos importados, los cuales ya no son solo alimentos, sino medicinas, repuestos, electrodomésticos, vehículos, etc., reservándose el gobierno la compra y distribución exclusiva de los productos importados con el dólar preferencial de Bs 10, los cuales según los anuncios de voceros gubernamentales serán utilizados exclusivamente para surtir los programas públicos de asistencia social para: alimentos, medicinas, electrodomésticos o cualquier otro producto importado con este dólar preferencial.
Hoy nuestra liquidez (bolívares en circulación) se estima ronda los 13 billones, pero a la vez vemos con preocupación como bajan nuestras reservas internacionales, a pesar que estamos recibiendo más dólares por venta de petróleo de las que se obtenían hace una año y las importaciones para el sector privado se les han reducido a mínimos históricos, por lo cual no se justifican los elevados niveles inflacionarios que nos empobrecen día a día, al gobierno disponer de más dólares y poder facilitar una más flexible política cambiaria, que frene la expansión monetaria.
Lo triste es que a pesar de los constantes anuncios por parte de voceros públicos de que estamos en recuperación económica, los venezolanos lo que sentimos es una gran angustia por la crisis que nos arropa, donde al comparar nuestra calidad de vida con la de años anteriores, es evidente de que nos hemos empobrecido, con reducción de nuestra capacidad de consumo entre 40% y hasta un 65% para los sectores de menores ingresos, así lo demuestran la cantidad de kilos de alimentos consumidos por semana o mes, así como la imposibilidad de adquirir otros productos o medicinas por sus elevados y crecientes precios.