El periodista estadounidense de origen iraní Reza Aslan, fue obligado a comer cerebro humano por un grupo de caníbales indios durante la filmación de una serie de reportajes documentales sobre la espiritualidad en todo el mundo, transmitida por la cadena CNN.
Durante el episodio, Aslan visitó a un grupo de los Aghori, una secta que rechaza el sistema de casta practicado en la India. Este sistema divide a la sociedad en grupos, que van desde los sacerdotes o maestros —los brahmanes— hasta los intocables o personas que son consideradas en el mismo nivel que los perros y que realizan trabajos de bajo nivel como recoger excrementos humanos con las manos.
Los Aghori creen que al quemar el cuerpo de una persona muerta y frotarse la piel con sus cenizas, el poder del fallecido pasa a su cuerpo. Durante el reportaje, uno de los miembros de ese grupo frotó cenizas de una persona fallecida en la cara del periodista y lo obligó a beber alcohol de una calavera y comer un pedazo de cerebro humano.
Finalmente, el reportaje tuvo un final incómodo. En una parte de la entrevista el caníbal se molestó y amenazó al periodista con “cortarle la cabeza si continuaba hablando tanto”. Después de ello, cuando el hombre comenzó a comer sus propios excrementos y lanzarlos a Aslan y a las cámaras, el periodista se vio obligado a marcharse junto a su equipo de producción.
“¿Quieren saber a qué sabe el cerebro de un humano muerto? A carbón. Estaba achicharrado”, escribió Aslan en su cuenta de Facebook y levantó una ola de críticas en su contra. Muchos usuarios de las redes sociales criticaron duramente al periodista y a su programa, pues lo consideraron como un ataque a la comunidad hindú de EE.UU. e incluso un intento de desprestigiar a los hindúes estadounidenses que votaron por Trump.