Cada 10 de Marzo en Venezuela conmemoramos el día del Médico en reconocimiento a los profesionales de la salud que hacen vida en nuestro país, principalmente en estos tiempos donde ese sector se encuentra sumamente descuidado y las condiciones para ejercer esa profesión son denigrantes e intolerables.
Actualmente Venezuela sufre los niveles de miseria más altos que se han registrado y esto se evidencia de manera sobresaliente en nuestra población. Son innumerables las causas que alteran la salud de nuestros habitantes y una de las más significativas es el hambre que experimenta el pueblo. Cientos de casos de desnutrición en niños y ancianos se registran semanalmente en los hospitales del país y atender de forma adecuada a estas personas resulta difícil puesto que existe una escases de insumos que supera el 90% en nuestra región, inclusive muchas veces no se cuenta con servicios básicos necesarios como el agua.
A lo expuesto anteriormente sumamos la paralización y ausencia de equipos médicos en nuestros hospitales que asciende a 80% en escala nacional por falta de insumos o falta de los mismos equipos. Esto es consecuencia de la incapacidad del Gobierno Nacional para asumir las competencias que el Presidente Nicolás Maduro contrajo al ser juramentado en el cargo.
Aunado a esto, nuestros galenos se han visto obligados por el compromiso con su profesión y la salud del pueblo a sacar de sus bolsillos recursos para solventar ciertas situaciones aun cuando el salario no cubre sus necesidades básicas.
Existen casos en los que nuestros médicos laboran sin personal de enfermería, lo que dificultad aún más dicha labor. Algunos han optado por irse del país dejando a un lado su carrera y vocación, otros valientemente continúan ejerciendo la carrera que eligieron bajo condiciones inhumanas, pero con la esperanza de prestar ayuda al prójimo para ser promotores y servidores de la Salud en Venezuela.
Sobrevivir en este país no es tarea fácil, son muchos los obstáculos que se nos presentan en el camino, no logramos cubrir nuestras necesidades en su totalidad y acudir a un centro de salud cuando lo requerimos nos sitúa en un dilema ¿Es el remedio o la enfermedad? Lo cierto es que nuestros médicos no son valorados en lo más mínimo, aun cuando su labor va dirigida principalmente a cubrir esa vocación de servicio que los impulsa a seguir ejerciendo en Venezuela.