Según el último “Péndulo” de Rafael Poleo, existe una macabra conspiración para desprestigiar a la MUD, la cual estaría financiada por Marcel Granier, Rafael Alfonzo y Oscar García Mendoza, con el fin de lanzar a Diego Arria a la presidencia de Venezuela. Poleo añadió por Tuiter a Antonio María Delgado, periodista de El Nuevo Herald y al abogado Orlando Viera Blanco como integrantes de la maniobra.
De acuerdo a Poleo, las críticas que se le hacen a la MUD y a los partidos, son ataques a las “instituciones democráticas que aún quedan”. Ese argumento recuerda la estrategia chavista según el cual “quien critica a Maduro está atacando a Venezuela”. Pero la verdad sea dicha, al criticar a la MUD no se ataca a la democracia, sino a los enchufados que allí pululan.
Tres casos emblemáticos son los de José Gregorio Correa, Juan Carlos Caldera y Ramón José Medina, financiados respectivamente por los boliburgueses Raúl Gorrín, Wilmer Ruperti y Víctor Vargas. Poleo no presenta pruebas de su conspiración, pero en estos tres casos sí existe documentación pública y contundente del “enchufe”.
El señor Poleo no percibe que la MUD se hundió, pero no por una campaña de desprestigio, sino por sus propias contradicciones, como eso de reunirse en secreto en República Dominicana, o participar en diálogos con el régimen, o prometer cambio de gobierno en seis meses para después no cumplir, o decretar el abandono del cargo y no hacerlo valer, o hacerse el loco con la nacionalidad de Maduro, o declarar que mañana segurito van a pedir la activación de la Carta Democrática pero hoy todavía no.
Al final de su “Péndulo”, Poleo también mete en la conspiración a Enrique Aristeguieta Gramcko y a Nitu Pérez Osuna, por atreverse a fundar un movimiento ciudadano por fuera de la MUD: la Gran Alianza Nacional (GANA). Aunque lo hace con mano izquierda, porque en el fondo él sabe que el país clama por una iniciativa como ésa.
Poleo persigue fantasmas. No existe tal campaña de desprestigio. Lo que hay es un pueblo indignado y hambriento, harto de promesas, que no cree en nadie, y que no está dispuesto a calarse más el colaboracionismo de la MUD, ni a esperar hasta el 2019 para un cambio de gobierno.
Pero en algo estoy de acuerdo con Poleo: no es necesario ofender a nadie para decir lo que uno piensa. Lo cortés no quita lo valiente.
@LuisSemprumH