En 1900 un monje hizo un descubrimiento fenomenal en un puesto fronterizo colocado cerca de la antigua ruta de la seda en Dunhuang, China, a orillas del desierto Gobi. Una serie de cuevas escarbadas a lo largo de un risco y selladas desde el año 1,000, a la que llamarían “La cueva de los mil Buddhas”, resguardaba cuarenta mil libros, rollos y manuscritos. De esta manera, envueltos en papel y seda, se protegieron perfectamente en tiempos de guerra y pudieron ser preservados para el futuro.
En 1907 el arqueólogo húngaro-británico, Marc Aurel Stein, se encontraba en medio de una expedición por la región, luego de escuchar algunos rumores sobre la biblioteca oculta decidió ir a probar suerte y descubrir por si mismo el lugar. Luego de sobornar al abad del grupo monástico encargado de resguardar el lugar, robó miles de documentos, incluyendo “El sutra del Diamante”.
Un 11 de mayo (de acuerdo a nuestro calendario) del año 868 A.C., un hombre llamado Wang Jie encargó a la impresión de una traducción del sánscrito al chino de un texto budista sagrado a lo largo de un pergamino. El rollo esta impreso en siete secciones con un boque por cada una, luego fueron unidas hasta completar su longitud de cinco metros.
En una de las esquinas del documento se lee leyenda: “Hecho reverencialmente para distribución gratuita universal por Wang Jie en representación de sus dos padres”. De acuerdo a la tradición budista, se sabe que copiar y diseminar la palabra del Buddha era una forma inmejorable de ganar consideración dentro de la cultura china. Esta es una de las razones por las que la impresión evolucionó rápidamente en China.
Sutra es el nombre en sánscrito para “enseñanza o sabiduría religiosa” y suele ser la palabra empleada para referirse a una enseñanza de el Buddha. Se dice que él mismo le dio el nombre a esta enseñanza porque “cortaría como un diamante a través de las ilusiones hechas de palabras e iluminaría lo que es real y permanente”.
El libro pertenece a la tradición del budismo Mahayana que, a diferencia de otras escuelas, cree que cualquiera puede alcanzar la iluminación, viva o no una vida monástica. Esta corriente se diseminó desde India hacia China a través de la ruta de la seda.
Este texto, de tan sólo 6,000 palabras es el libro impreso más antiguo del que se tenga conocimiento. Hoy este antiguo escrito se encuentra resguardado en la British Library y forma parte del impresionante proyecto Dunhuang. Puedes consultarlo en línea aquí.