La inocencia fue su único delito. La pequeña de cinco años se adentró sin temor por segunda vez en el día a un jagüey cercano a su hogar. Los padres no tuvieron la suspicacia para vigilar a la niña en un terreno tan hostil, cuando la volvieron a avistar su cuerpo yacía boca abajo, desnudo y sin vida, flotando inerte en el agua, reseñó Versión Final.
Adriana Sofía Jirachu, de la etnia wayuu, en horas de la tarde del pasado lunes, se dirigió junto a sus padres y algunos familiares y vecinos para el jagüey, situado en el kilómetro 22, vía Perijá, en San Francisco. El objetivo en común era tomar un baño, pues la comunidad en la que habitaba no cuenta con el servicio de agua potable hace más de una semana.
La madre de la infante, Verónica Jirachu, entre lágrimas, contó que la niña ya se había bañado. “No vi cuando volvió a entrar, no pensé que pasaría nada porque allí estaban muchas personas”.
El cuerpo de Adriana fue trasladado al CDI de El Caujaro, donde ingresó sin signos vitales.