Albalía Pérez es una de las responsables del excelente desenvolvimiento que tuvo el equipo de gimnasia de Venezuela en las Olimpiadas Especiales celebradas en Los Ángeles, EEUU en el año 2015. Actualmente reside en Atlanta y se encuentra participando en el programa HUGS, y realizando diferentes cursos y actividades de formación profesional en el área deportiva. Además ha tenido un excelente desempeño como jueza en competencias de gimnasia en varias ciudades norteamericanas, en calidad de voluntaria. Al mismo tiempo sueña con volver a entrenar a la selección nacional.
Su trabajo rumbo a la pasada cita olímpica con atletas con discapacidad intelectual inició con los campeonatos nacionales en 2014. Luego comenzó a entrenar a la delegación venezolana para las Olimpiadas Especiales de 2015 en las disciplinas de gimnasia artística y gimnasia rítmica, esta última, bajo su liderazgo trajo de vuelta al país una cosecha de 8 medallas (1 de oro, 4 de plata y 3 de bronce).
Actualmente la venezolana está involucrada activamente y en forma voluntaria en un programa de Olimpiadas Especiales que se llama HUGS (Hope Unites Gymnastics with Special athletes), que consiste en incluir a cualquier atleta con discapacidad dentro del programa competitivo de gimnasia artística de atletas regulares llamado USAG (Junior Olympic Program). Además se encuentra ampliando su formación profesional, adquiriendo conocimientos y habilidades de lenguaje de señas o ASL (American Sign Language), con los diferentes seminarios y congresos deportivos diseñados para entrenadores, así como en programas de gimnasia, tales como el National Coache’s Course (Curso Nacional de Entrenadores).
“A partir del año 2016 la inclusión del programa HUGS ha sido aceptado de manera formal dentro de las regulaciones técnicas del programa USAG (Junior Olympic Program) de Estados Unidos, para la inclusión de atletas con discapacidad con atletas regulares. Este programa le da la oportunidad y da a conocer a las personas que atletas con discapacidad intelectual trabajan tan arduamente como cualquier otro atleta y demuestran lo que pueden lograr en un ambiente competitivo con deportistas regulares bajo el mismo código de puntuación”, explicó Albalía Pérez.
Sobre sus planes inmediatos la entrenadora explicó que su proyecto es “seguir trabajando de la mano con el programa HUGS, aprendiendo cómo es implementado en los Estados Unidos, los beneficios que trae a la comunidad, atletas y entrenadores y cómo cada gimnasio poco a poco incluye dicho programa como parte de su programación. Esto le da la oportunidad a cada atleta con discapacidad de tener la misma oportunidad. En la medida de lo posible seguiré involucrada con el programa y seguiré entrenando de manera voluntaria atletas con discapacidad intelectual, para dar a conocer la importancia que tiene de seguir incluyendo atletas con discapacidad intelectual en programas regulares de cualquier gimnasio”.
Referente a si volverá a entrenar a la selección venezolana en el futuro, Pérez explicó que cuando regresó de los Juegos Olímpicos Especiales de 2015 en su mente solo estaba el “seguir entrenando a mis atletas, ya que mi relación con ellos no solo era entrenador-atleta, llegas a conocer a fondo, sus debilidades, frustraciones, alegrías y logros, una gran satisfacción de ver como alcanzan sus metas en lo que se propongan, pues ellos son parte de mi familia. Cuando regrese a Venezuela seguiré entrenándolos y apoyando el programa de olimpiadas especiales – Venezuela”.
Ella describe a los atletas con discapacidad intelectual como “seres de luz, están aquí para darnos una lección de vida, yo los veos como cualquier persona normal, nos enseñan a ser más humanos, son personas nobles y con sentimientos puros. Expresan lo que sienten, son sinceros, inteligentes y no les gusta que sean tratados como niños ni como una persona con discapacidad intelectual. Son individuos que como todos necesitamos una guía, lineamientos y estructuras”.