A Gabriela Montero
El gobierno venezolano se cree dueño de todo y de nada; hace lo que le da la gana y no tienen miramiento alguno a la hora de gritarlo a los cuatro vientos, sin que ningún otro Poder Público, llamado por Ley a hacerlo, haga nada al respecto. Silencio y complicidad es sumisión. A salvo queda el Legislativo que a nuestro juicio, está haciendo lo que debe hacer conforme con lo que queda de ordenamiento jurídico.
Así actuaba la pesadilla anterior, catorceañera y arañera, y por el mismo camino, quizá peor, continúa la usurpación que encarna el ilegítimo, esa cosa aposentada en Miraflores. Cierre de más 34 emisoras radiales, medios impresos obligados a cerrar, persecución a comunicadores, el ilegal y de suyo arbitrario cierre de RCTV, entre otras atropellos de similar o peor naturaleza.
La ausencia de límite del poder y del control efectivo de la constitucionalidad y de la legalidad por parte de los órganos del Estado, no es otra cosa que la violación flagrante del estado de derecho y de justicia contenido en la Carta Magna.
Esa ausencia de límites para la voluntad del líder es altamente peligrosa para la democracia y los derechos humanos, que hoy vemos con mucha preocupación, habida cuenta de la ausencia-además- de un Poder Judicial que actúe en forma independiente al poder político de turno, y en defensa de la libertad de expresión.
Por lo que llevo dicho que se me tildará de soñador, iluso o quijotesco, pero no importa, los perros creen que son sus ladridos lo que hace andar a los carros y no la gasolina. Comprendo a cabalidad que no se puede poner vela a Dios y al diablo al mismo tiempo. Resulta inconveniente angustiarnos si los perros ladran y al propio tiempo también, cuando se callan.
La peste chavista seguirá con sus boutades; sus invenciones pretendidamente ingeniosas, destinadas por lo común a impresionar. De allí las invasiones, guerras económicas, intervención imperial, golpes de la derecha y un sinfín de pendejadas sin pie ni cabeza.
No olvidemos que el personaje de origen ignoto, dice conversar con pajaritos que se le posan en su cabeza y hasta es capaz de convertir los panes en penes.
Lo ocurrido recientemente contra el pan, nos confirma en la convicción que la barbarie chavista nos quiere en el fondo, superado el precipicio, más allá, en lo más profundo, en lo más hondo de lo más bajo, incluso más allá. Mudos, inertes sin decir ni media palabra. Asidos al poder y con una nueva clase política, perversa e interesada, acompañados de un puñados de gentes que aún creen en sus mentiras, de modo tal de seguir en la destrucción del país, dificultando toda posibilidad de recuperarlo cuando llegue la bendita hora.
Amigo lector, si notas alguna arrechera, no hagas caso, no es contigo. Es contra el silencio, la vergonzosa mudez, la tranquilidad de la indiferencia. Conviene buscar la esperanza en todas tus cajas, revuelve, inventa, desocupa los refugios… toca unir los vidrios rotos,procura no asquearte.
“El silencio no es opción”, escribe, exprésate, que las palabrasse hicieron para decirlas y ellas no se atreverán a crucificarte.No llevan la valentía para eso ni la cobardía tampoco de correr. La tortura lesiona el cuerpo, la censura lastima el alma. No te censures, no te condenes.
Ver las injusticias y no tratar de corregirlas, por miedo o indiferencia radical, es también un pecado, un error, aun un crimen de omisión, que puede ser tan grave como el de comisión.
Imposible hacer silencio ante tantos atropellos y humillaciones; no es una opción callarse cuando el país sigue el rumbo del despeñadero, sumido en la miseria, convertido en tierra de desnutridos, desesperanzados y tristesseres víctimas de un régimen plagado de pillos y resentidos sociales, que parece odiarnos.
Por eso nunca, en esta hora aciaga ni nunca; no bajaré persianas a mis ojos, no dejaré de escuchar. No haré silencio.
Jesús Peñalver