Con un minuto de silencio en el aeropuerto de Bruselas, Bélgica inició este miércoles los actos de homenaje a las 32 víctimas de los atentados yihadistas del 22 de marzo de 2016, mientras los investigadores siguen tratando de determinar quién dio la orden de atacar.
Alexander, Sacha, Justine, Rosario, Jennifer, Evita… Una trabajadora del aeropuerto recordó una a una a las 16 personas que murieron ese fatídico día en el aeropuerto de Bruselas-Zaventem, cuando a las 07H58 (06H58 GMT), Ibrahim El Bakraoui y Najim Laaachraoui activaron sus explosivos.
En el aeropuerto, donde tuvo lugar el minuto de silencio, el rey Felipe, vestido de luto, depositó una corona de flores “en nombre de toda la nación” a los pies de un monumento levantado a la entrada de la zona de salidas del aeropuerto, donde se produjeron las explosiones.
La corta ceremonia, de apenas media hora bajo un frío sol primaveral, contó también con una balada rock, interpretada por Eddy Van Calster, el marido de una empleada del aeropuerto, Fabienne, quien murió el día del atentado.
Las conmemoraciones oficiales continuarán en la estación de metro de Maalbekk, donde a las 09H11 (08H11 GMT) de ese fatídico día Khalid El Bakraoui, hermano de Ibrahim, accionaba su cinturón de explosivos en un vagón en la estación de metro de Maalbeek, en pleno “barrio europeo”.
En ese preciso momento, en lugar de un minuto de silencio, los conductores y controladores guardarán un “minuto de ruido” para “demostrar que no olvidan, pero que se mantienen en pie contra el odio y el terror”, según la compañía de transporte público bruselense STIB. Los viajeros están invitados a participar con aplausos.
Los reyes de los Belgas, Felipe y Matilde, viajaron en tren desde el aeropuerto hasta la estación de Maalbeek para inaugurar una escultura monumental a dos pasos de la sede de la Comisión Europea.
– Homenajes populares –
Pese a que la jornada comenzó con actos oficiales, los homenajes a las víctimas y los equipos de socorro estarán protagonizados por los belgas e, incluso, por el más popular de ellos: el “Manneken Pis”, que recibirá un nuevo traje de bombero.
“El Manneken Pis lo han robado varias veces, desmontado. Pero continúa ahí, velando por la ciudad sin rechistar. Para nosotros, es el testigo de la resistencia, de la dignidad y de la fuerza de superación”, explicó el jefe de los bomberos, Tanguy du Bus de Warnaffe.
Durante la tarde, los niños de las escuelas de Molenbeek, la comuna bruselense donde los yihadistas tenían su base retaguardia, mantendrán encuentros con las víctimas. Y desde allí partirá uno de los tres desfiles que confluirán en la plaza de la Bolsa, donde los bruselenses depositaron mensajes, flores y velas hace un año.
Un “ritual de reconexión”, pensado por la coreógrafa flamenca Anne Teresa De Keersmaeker, una tarde de oración en la catedral de Bruselas o un “concierto interreligioso” en una iglesia de Molenbeek completan el programa.
– Una pregunta recurrente –
Un año después de los atentados, que se produjeron cuatro meses después de los de París en noviembre de 2015 (130 muertos) los investigadores intentan todavía despejar una de las incógnitas principales: ¿Quién dio la orden de atacar?
Las sospechas se ciernen sobre Oussama Atar, buscado activamente desde el verano pasado. Los investigadores están convencidos de que este belga-marroquí de 32 años, un veterano de la yihad que pisó las prisiones estadounidenses en Irak en los años 2000.
La investigación sí reveló que los atacantes suicidas de Bruselas pertenecían a la misma célula que atacó en París bajo el mando presuntamente de Abdelhamid Abaaoud y que el objetivo era atentar de nuevo en Francia, y no en Bélgica.
Pero la detención de Salah Abdeslam, el único superviviente de los atentados de la capital francesa, en Molenbeek el 18 de marzo de 2016 precipitaron los acontecimientos y los atacantes decidieron pasar a la acción.
Desde entonces, este reino europeo mantiene el nivel 3 sobre 4 de alerta con militares patrullando en sus calles, ya que la amenaza terrorista es “posible y verosímil”. AFP