En los últimos años hemos sido eco de las diversas quejas de la población sanfernandina, referidas a la caótica situación del cementerio municipal de San Fernando de Apure. Sin embargo parece que cada vez es peor el problema y los entes encargados no toman los correctivos necesarios y definitivos, más que cortar la maleza cada cierto tiempo. Así lo reseña lavozdeapure.com.ve
Desde el barrio Luis Herrera en San Fernando de Apure, vecinos y visitantes han denunciado una y otra vez, que las instalaciones donde reposan sus seres queridos en el Cementerio General de la ciudad capitalina, se encuentran en total abandono, bajo la mirada indiferente del gobierno revolucionario del Estado Apure y de la alcaldía del municipio San Fernando, que ha sido presidida desde hace más de 4 años por la profesora Ofelia Padrón y es esta institución la encargada de la administración del cementerio municipal.
El alumbrado público no funciona en su totalidad, debido a que las bases de los poste están dañadas y sus luminarias han sido robadas. Igualmente las lápidas de algunas tumbas también fueron sustraídas por delincuentes, y por si fuera poco, los indigentes ocupan como su hogar y lugar de dormir dicho cementerio.
Otra de las quejas es la inseguridad en el campo santo. Constantemente se producen robos dentro de las inmediaciones del cementerio, por la escasa seguridad con la que cuenta.
Antiguo Cementerio Municipal
La situación del antiguo cementerio de San Fernando de Apure ubicado casi al frente de la alcaldía, es aún menos alentadora. Sufre al igual que el nuevo cementerio, las mismas carencias de (Iluminación, inseguridad, deterioro en general), se encuentra olvidado por las autoridades a pesar de verlo todos los días por estar frente a la máxima institución municipal.
Por estar ubicado en pleno centro de San Fernando muy cerca de varias escuelas, colegios y comercios, cualquier persona puede percatarse a simple vista de la altura de la maleza y la falta de cuidado del mismo, en el que actualmente no se sepultan cuerpos por no tener más espacio, pero en el que debería haber un mínimo de respeto, tanto por los familiares, como por los restos humanos que allí reposan y que un día estuvieron vivos.
El llamado es una vez más a las autoridades a avocarse a solucionar la terrible situación del cementerio, en un pueblo donde ni los muertos descansan en paz.