Las autoridades colombianas detuvieron con fines de deportación a 11 ciudadanos venezolanos que trabajaban de manera ilegal en la ciudad de Pamplona, departamento de Norte de Santander, informó el sábado la policía en un comunicado.
“Las once personas de diferentes edades y provenientes en su gran mayoría del estado Táchira, no contaban con pasaporte vigente y se encontraban de manera irregular en las calles del municipio de Pamplona ejerciendo trabajos informales”, indicó la fuente.
Las autoridades realizaron una operación de identificación de extranjeros en la localidad “ante un llamado de la comunidad por el considerable número de personas provenientes del vecino país de Venezuela”, precisó la policía departamental.
“El operativo se desplegó por las principales calles de la ciudad, donde se registraron alrededor de doscientas personas e identificaron plenamente sin que se presentara ninguna alteración de orden público”, añadió las autoridades.
Las 11 personas detectadas sin los documentos necesarios para permanecer en Colombia fueron llevados a la fronteriza ciudad de Cúcuta, capital de Norte de Santander, “para ser dejados a disposición de Migración Colombia, quien dispondrá su regreso a la república Bolivariana de Venezuela”, añadió el comunicado.
Las relaciones entre las dos naciones se crisparon esta semana a raíz del ingresos de militares venezolanos al municipio de Arauquita, departamento colombiano de Arauca, en el que permanecieron durante 48 horas.
La incursión, que finalizó el jueves, fue enérgicamente rechazada por el gobierno presidente Juan Manuel Santos, quien calificó la situación como “inaceptable”.
Los militares venezolanos estuvieron instalados en una playa sobre la ribera colombiana del fronterizo río Arauca, según determinó el gobierno en Bogotá.
Colombia y Venezuela comparten una porosa frontera de 2.200 kilómetros. En 2015 y 2016, la relación bilateral se tensó tras el cierre de la línea limítrofe, ordenado por el presidente Maduro aduciendo problemas de contrabando, narcotráfico y seguridad.
AFP