La prueba de un nuevo motor de propulsión de alto rendimiento realizada en Corea del Norte el pasado domingo estuvo acompañada por la usual propaganda estatal. La prueba fue calificada por el gobierno norcoreano como un éxito, un “nuevo nacimiento” para la industria de cohetes de Corea del Norte, y por eso mismo, Kim Jong-un estaba evidentemente feliz.
En una de las imágenes dfundidas por la agencia estatal KCNA, se ve a Kim, gobernante de uno de los países más herméticos del mundo, que se sube a caballito a un oficial mayor que él.
Pero, ¿quién es el hombre que osó montarse en la espalda del líder de Corea del Norte?
La pregunta vale para cualquier jefe de Estado, pero se magnifica cuando hablamos de Kim Jong-un. Y es que, según la nueva embajadora de Estados Unidos en la ONU, Nikki Haley, Kim Jong-un, es “una persona irracional” y, según Stephen Evans, uno de los corresponsales de la BBC en Seúl, “no hay duda de que es despiadado, algo que confirmarían los familiares de las víctimas de su régimen, muchas de las cuales son incluso sus parientes”.
Los analistas dicen que el misterioso hombre no es una figura conocida en la política norcoreana. Se cree que jugó un papel clave en la prueba del domingo y que seguramente interactuó con Kim previamente.
Michael Madden, experto del Instituto Corea-Estados Unidos de la Universidad Johns Hopkins, señala que las insignias de su uniforme indican que es un oficial del ejército de rango medio de la Fuerza Estratégica de Corea del Norte, la cual está a cargo de los misiles usados para ofensivas militares.
“Se trata más de una señal de aceptación y estimulo que de algo completamente maquinado por un fabricante de imágenes”, indicó Madden.
“Amistosa y simpática”
De acuerdo con un artículo de BBC, el principal propósito de la fotografía sería pulir la imagen doméstica de Kim y presentarlo como una persona jovial, un hombre del pueblo. Mientras que en el ámbito internacional, Kim trata de proyectar una imagen “recalcitrante e intransigente”, en casa “es una historia diferente”, afirmó el profesor Jae-Cheon Lim, de la Universidad de Corea, en Seúl, capital de Corea del Sur.
“Sabemos que es muy estricto con las élites cuando desobedecen sus órdenes. Pero, en general, cuando se trata del pueblo su imagen propagandística es amistosa y simpática”. Es una postura que contrasta con la de sus predecesores, quienes querían ser temidos más que amados.
“Nadie hubiese osado jugar al caballito con su padre o incluso con su abuelo”, dijo Madden. “Pero esto entra en sintonía con la imagen que Jong-un ha intentado cultivar: que es una persona más abierta, en términos interpersonales, que su padre”.
“Transmite un sentido innegable de confianza política en su gobierno y en su liderazgo del país. Si no se sintiera seguro, no hubiera permitido que esas imágenes se difundieran. Necesitaría mostrarse distante y frío”.