“Venezuela tiene un pueblo trabajador con un Gobierno ladrón que le roba las oportunidades a los ciudadanos”, asegura Wilson Castro, coordinador de Gente de Guayana, quien recorrió el Sector 1 de Cambalache en la parroquia Unare del municipio Caroní, para confirmar la crisis de servicios públicos que se vive en la zona.
Destaca que los guayaneses se levantan a diario con ganas de salir adelante, lo que queda en evidencia con los pescadores y agricultores de esa zona, que diariamente se organizan para sobrevivir y llevar alimento a sus hogares.
“Muchas de estas familias trabajaban en el vertedero de Cambalache y ahora presionan para trabajar en el nuevo en Cañaberal, pero tienen muchos problemas con los funcionarios y las autoridades, que forman parte de ese Gobierno que no genera oportunidades y promueve el crecimiento de la pobreza”.
Son unos ladrones
Castro condena que efectivos de seguridad de diversas instituciones sean un obstáculo para los venezolanos trabajadores, porque “se han dedicado a extorsionar a personas humildes que viven de tomar materiales reciclables de la basura”.
Considera bochornoso de quienes deben hacer valer las leyes “se comporten como delincuentes de la peor calaña, porque roban a quienes menos tienen, quitándoles el poco dinero que puedan recoger por una jornada de trabajo bajo el sol y entre los desechos”.
Explica que estas situaciones, apadrinadas por el chavismo, forman un muro de contención para el progreso de los venezolanos.
Otra visión
El dirigente indica que la realidad de Cambalache se asemeja a la de muchos sectores populares, que viven “un drama con los servicios de agua, electricidad, o aseo” y sufren cada vez que deben movilizarse en transporte público.
Afirma que esto peuede cambiar con el cambio de cultura que están promoviendo desde Gente de Guayana: “Entendemos que los ciudadanos ya no buscan que les regalen nada, solo quieren trabajar y tener un ingreso que les permita cubir sus necesidad, incluyendo servicios públicos de calidad”.
Castro enfatiza que “lo gratis no es bueno y con el tiempo termina siendo más caro para los ciudadanos”.
Asegura que el sector de Cambalache es un ejemplo de esto porque viven al lado del río, pero no tienen aguas servidas o agua potable por tubería, por lo que deben organizarse para construir aljibes y cargar agua en carretillas o tambores. “La electricidad es otro problema, porque el tendido eléctrico del sector es improvisado, lo que genera fallas que dañan los electrodomésticos”.
Añade que la basura es otro de los problemas de la localidad, porque los camiones recolectores no pasan desde hace meses y las familias se ven obligadas a quemar sus desechos.
Sostiene que esta situación puede cambiar, con un nuevo Gobierno, que genere oportunidades e invierta en el bienestar colectivo.