Una cirujana fue condenada a al menos 10 años de cárcel luego de que se determinara que utilizaba cemento para aumentar los glúteos de sus pacientes.
Con información de The Washington Post
La situación se dio a conocer luego de que desde una prisión de Florida en noviembre de 2011, Shatarka Nuby escribiera una carta al departamento de salud del estado sobre sus nalgas cosméticamente mejoradas.
Su trasero se endureció y se volvió negro, escribió. Los efectos secundarios de las inyecciones de años dejaron así a la madre de tres enfermos. Y afirmó que su cirujano – Oneal Ron Morris – era el mismo médico estético que la policía había arrestado y acusado de bombear una fórmula casi letal de cemento, aceite mineral, calafateo de baño y sellador de neumáticos Fix-a-Flat en los cuerpos de otras mujeres.
La “duquesa” de la muerte
Se conoció además que Morris era llamada por sus pacientes como la “Duquesa”.
Los funcionarios comenzaron a investigar y entrevistaron a Nuby.
Pero cuatro meses después, esta ya estaba muerta.
La causa oficial de la muerte fue insuficiencia respiratoria de la “migración masiva de silicona sistémica” de las inyecciones a las nalgas y las caderas de Nuby, según el médico examinador.
Morris fue acusado de homicidio involuntario y practicar la medicina sin licencia en el verano de 2012, y el mes pasado se declaró inocente a ambos, informó el Sun Sentinel.
El lunes, un juez sentenció a Morris a 10 años de prisión y cinco años de libertad condicional por sus crímenes.
“Mi hija murió la muerte más inhumana”, dijo la madre de Nuby, Sherri Pitts, en la audiencia. “Dieciocho meses sufrió por no saber lo que había en su cuerpo.”
Durante años en Florida, el nombre de Morris – y posterior – han sido ampliamente reportados y eventualmente hicieron titulares nacionales cuando las fotos de la mujer salieron a la superficie. Según los informes, utilizó los mismos métodos cosméticos de corte que enfermaron o mataron a otros para inyectarse sus propias caderas y glúteos, dejándolos anormalmente grandes y deformes.
Los medios locales calificaron a la saga actual de Morris de “tóxicos tóxicos”.
Durante la sentencia del lunes, Morris negó repetidamente las acusaciones de que intencionalmente lastimó a alguien e insistió en que “nunca jamás, ni se atrevería jamás” a inyectar “ningún ser humano con ningún tipo de sustancia desconocida”.
“He sido encontrado culpable por los medios de comunicación y fuentes externas basadas en mentiras”, dijo Morris.
En declaraciones al juez, la familia y los amigos de Nuby fueron emocionales e incluso levantaron sus voces a veces, peleando en voz alta con Morris. Pidieron una sentencia de cadena perpetua.